PracticopediaAnna Blanco
Foto: Bigstock
Sábado 24deabrilde2021
4 minutos
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Son un clásico que prácticamente está presente en todos los hogares y que habitualmente se usan para aliviar irritaciones en pieles sensibles como la de los bebés o también para tener bajo control el exceso de sudor. Pues bien, estos polvos de un aroma tan agradable también pueden utilizarse para muchos otros usos muy prácticos para nuestro día a día. Veamos algunos de estas aplicaciones que pueden solucionarnos más de un problema:
Entramos en la época del año en el que las hormigas abandonan sus hormigueros y quieren meterse en nuestro hogar. Para impedírselo, solo debemos espolvorear polvo de talco por las zonas donde detectemos estos insectos. El olor del producto las repelerá y ya no las volveremos a ver. Y ya que hablamos de insectos, el polvo de talco también nos puede ayudar para calmar su picadura porque reducirá el escozor en nuestra piel.
Las personas que tienen un cabello muy grasoso casi están obligadas a lavarse el pelo a diario si no quieren que tenga un aspecto apelmazado. Pues bien, podemos echar mano de los polvos de talco como un remedio rápido si lavarse el pelo no es una opción o no tenemos tiempo. Debemos espolvorear un poco de los polvos sobre la raya de nuestro cabello y dejar actuar durante unos 10 minutos. Pasado ese tiempo, los polvos de talco ya habrán absorbido la humedad y la grasa y solo nos quedará cepillarnos bien el pelo para que no quede rastro de los restos de polvos de talco.
De cara al verano y sus noches de intenso calor, una forma de conseguir un extra de frescura es espolvorear polvos de talco por encima de las sábanas lo que creará una sensación muy agradable de frescor.
Otra aplicación de los polvos de talco es para recuperar el brillo de prendas o zapatos de cuero. Solo es necesario utilizar un paño suave que no suelte pelusas y un poco de talco para repasar la superficie de cuero y así que vuelva a lucir.
Las manchas de aceite son las que cuestan más de quitar y sobre algunos tejidos puede preocuparnos utilizar ciertos quitamanchas por temor a estropearlos. Pues bien, con el polvo de talco tenemos la solución. Debemos aplicar una cantidad generosa de polvos de talco sobre la mancha de aceite y dejar que actúe 10 minutos. Luego, frotamos con un cepillo para ropa la mancha hasta que no quede rastro. Por último, lavamos la prenda como de costumbre.
Y también es útil ante las manchas de sangre para las que debemos hacer una pasta con talco y agua y aplicarla sobre la mancha. Dejamos que se seque y lavamos la prenda.
Las marcas de orina de un gato suelen desprender un olor intenso y desagradable. Para combatirlo solo tenemos que espolvorear polvos de talco por la marca y dejar que absorba el penetrante olor. Y, de hecho, también podemos espolvorearlos por el arenero y así que no haya ni rastro de malos olores.
Sobre el autor:
Anna Blanco
Anna Blanco es periodista especialiada en temas de sociedad.
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