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"Quedar como Cagancho en Almagro" | La Voz de Tomelloso

Lasprimeras veces que oí decir “Quedó como Cagancho en Almagro” me preguntaba: ¿Fueun personaje real, oimaginario? Si fueun personaje real, ¿Quién fue Cagancho? ¿Un actor de comedias que actuó en elfamoso Corral de la ciudad manchega? ¿Un torero que toreó en su plaza? ¿Cuándovivió? ¿De dónde proviene esa frase? ¿Cómo se popularizó y por qué?

Sinduda no hace referencia al mítico caballo de rejoneo de ese nombre que tantagloria dio a su propietario, Pablo de Hermoso de Mendoza, a finales del siglopasado.

Descubríque Cagancho fue un personaje real. Era el apodo familiar de Joaquín Rodríguez,homónimo del diestro “Costillares”, pero de segundo apellido Ortega, nacido en Sevilla, en el barrio de Triana, el 17 defebrero de 1903. Gitano, hijo de una cigarrera y un herrero y nieto de uncantaor de flamenco.

Respecto del apodo se han dadomuchas yvariadas versiones. Lasmalolientes de la prensa taurina catalana, (entre otros escritos: “Porque, vamos, francamente, / ese apodoimpertinente/ es una ofensa al olfato, / por lo nuevo y maloliente, / no lecuadra dignamente / a un artista de boato.” ). Las de que sus antepasados herreros hacían ganchos para las romanas: “Ca gancho a dos reales”. La de quevendían ropa en mercadillos: “A real cagancho”. Y la más extendida,másamable y lírica,de quese lo pusieron a suabuelo el cantaor, en su juventud, porque entonaba como un pájaro deHuelva,el “cagancho”, que canta demaravilla.

Primo de Francisco Vega de losReyes, Curro Puya, el primer “Gitanillo de Triana”, al queen 1931, vestido deceniza y oro, quitó la vida el toro Fandanguero en Madrid.

Aquel Cagancho, gitano de ojosverdes, sededicó al arte del toreo debutando en público en1923,en San Fernando (Cádiz), con novillos de Bohórquez.Un año después, el25 de julio de 1924, hizo la presentaciónoficial ante sus paisanos en la Real Maestranza deSevilla, en el transcurso de una modestanovillada nocturna. En Las Ventas lohizo el 5 de agosto de 1926, con novillos del marqués de Villamarta,cosechando un éxito rotundo. Tomó la alternativael 17 de abril de 1927, en la plaza de Murcia siendo su padrino Rafaelel Gallo con el Toro "Orejillo", de la ganadería de Carmen de Federico,inaugurando ya el escándalo.

Entoncesse escribió: “Ya es Cagancho matador, / que el Gallo le dio cartel, / y ya da en elredondel / el cañí, como orador, / el mitin mejor que aquél. / ¿Qué va a ser deeste gitano?/ ¿será abismo, cumbre o llano?/ Nadie lo sabe de fijo; / hoy porhoy es un arcano, / mejor dicho: un acertijo.”

Confirmólaalternativa en Madrid, el 22 dejunio de ese año, teniendo comopadrinoa Valencia II y de testigo a Lalanda, con el toro "Naranjo", de MaríaMontalvo. En esa temporada toreó46 corridas en España con desigualfortuna y 10 en México. El día 7 de mayo de 1931, en el coso de la Villa yCorte,nueve años después de que en ellamuriera Granero, caía herido de gravedad por un toro de Alipio Pérez-Tabernero, que le infirió dos cornadas, una en cadamuslo, no pudiendo volver a hacer el paseíllo hasta el día 2 de agosto enque reapareció en Cádiz. En la temporada de 1934,el 21 de octubre, participó en la corrida oficial deinauguración de Las Ventas (Madrid), alternando con Belmonte y Lalanda, obteniendo un gran triunfo y saliendo a hombros segúnnos cuenta Gregorio Corrochano en su crónicade ABC del 23 de octubre. En la de 1935torea 30 corridas en España, lidiando otrasen América, interrumpiendo la guerra sutrayectoria taurina.

Y en las fiestas de Tomelloso deseptiembre de 1933, como nos informa en este periódico (25 de marzo de 2021)Ángel Martín-Fontecha , el día 12, torearía nuestro Cagancho, mano a mano,con Manolo Bienvenida, ganado de Domecq, ofreciendo un espectáculo, síntesis desu estilo: “dos avisos en su primer toro, [y] terminó su actuación entreovaciones y aplausos”.Por nuestracuenta hemos encontrado que volvió a torear en la feria tomellosera de 1935, el11 de septiembre, toros de Santa Coloma, en sustitución a El Estudiante,alternando con Armillita y Curro Caro. En el primero, a pesar de realizar una“faena valentona”, cosechó pitos al matar de una estocada y tres descabellos,resarciéndose en el cuarto al que muleteó “adornado”, obteniendo ovación yoreja, aunque resultaría eclipsado por la gran faena de Curro Caro al terceroque vio premiada con dos orejas, rabo y vueltas. (La Libertad - Año XVII Número4820 - 1935 septiembre 12 (12/09/1935), p. 4.)

Cagancho llegó a ser uno de losídolos de la afición mejicana donde desde 1953 se quedó residiendo. Allí, llegó a cortar ocho rabos entre losaños1932 y 1936.Enla plaza del Toreo de México, D.F., el 27 de diciembre de 1931 en corrida abeneficio de la Asociación de la Prensa toreó conVicente Barrera, Fermín Espinosa, ArmillitaChico y Alberto Balderas, toros de Zotoluca. Se otorgaban la "Medalla del Arte " y la "Medalla delValor". En el quinto toro hizo enloquecer al público con una faena tansublime y pródiga en bellezas que, luego de pinchar una vez y dejar un volapiéde perfecta ejecución, produjo el delirio; le concedieran las orejas y el raboy por unánime aclamación la "Medalla del Arte". La del Valorfue para Vicente Barrera.

Santainés relata que lo vio torear en laMonumental de Barcelona el 7 de junio de 1942, donde hizo una magistralfaena pero que unespectadorcomentó: “¡Qué buen toro le hatocado a este torero!”, a lo que Pepe Berard, gran amigo de Cagancho respondió: “¡Que buen torero le ha tocado a ese toro!”.

Protagonizóvarias películas: Pasión gitana (DíazMorales, 1945),Los amores de un torero(1945), ambas con Carmen Amaya y Ángel Garasa y trabajo en Santos elmagnífico (Budd Boetticher, 1955) junto a Antoni Quin.

Volvió a España, casi a escondidas, en los años 60. Decía que no queríaque lo vieran viejo todas las mujeres que le amaron.

EnMéxico, una vez retirado pasó apuros económicos. El presidente de la República,López Mateos, le nombró consejero de Gobierno para poder pagarle un sueldo afinal de mes. En una reunión el consejero de Economía, celoso por el trato defavor hacia el torero, le preguntó en público: «Maestro, ¿sabe usted inglés?», a lo que Cagancho respondió contotal tranquilidad: "Ni Dios lo permita".

Fallecióen la capitalde Méjico el 1 de enero de1984, a los 81 años,víctima de un cancerde pulmón, habiendoalternado con todas las figuras de las distintas épocas taurinasque se sucedieron durante su larga vida profesional,desde Belmontehasta Aparicio y Litri,a quienes dio la alternativa.

Comootros toreros gitanos, (Rafael Gómez “El Gallo”, famoso por sus espantás, Gitanillo de Triana, CurroRomero, Rafael de Paula), fue capaz en los ruedos, de lomás alto y de lo más bajo. La superstición enun oficio como el del toreo en el que está en juego la vida, ha influidoenormemente en estos toreros artistas capaces de imprimir a su oficio la magiade su raza, el sentimiento y la emoción irracionales, lo más exquisito, lo másgenial ylo más heroico,frente a lo más burdo, lo más torpe y lo máscobarde.

Capaces, unas veces,de interpretar, como escribiera Bergamín, lamás maravillosa “música callada, su música para los ojos” o de provocar, otras,los más estridentes silbidos y las más sonoras y horrísonas broncas, según las sensaciones que el toro lestransmitía o creían percibir. Simplemente un “me miró mal”, era suficiente parasembrar en ellos el pánico.

“Con suma facilidadpasaba de la sublimación de un arte exquisito al fracaso más grotesco, de lascumbres más insospechadas al más profundo abismo” escribió de él Antonio Santainés Cirés.

Yasabemos quién fue Cagancho, pero ¿quésignifica la frase y de dónde viene?

“Quedar como Cagancho en Almagro” es quedar fatal a la vista detodo el público porque así quedó Cagancho en agosto de 1927, el día 25,en la plaza de Almagro. Formaba terna conAntonio Márquez y Manuel del Pozo, Rayito.Eran los toros de la ganadería de Pérez Tabernero. Como nos cuentaJ. de la Morena, en el tercero, primerode los suyos, salió a hacer un quite; el toro le desarmó, haciendo volar lacapa yel maestro salió corriendo haciala barrera. Ahí empezó la bronca. Con la muleta estuvo distante y cobarde. A lamínima que el toro le miraba, echaba a correr. Pinchó al toro en el cuello, ydespués en el brazuelo,pinchó nueveveces más y entró a descabellar cinco. Su segundo toro, el sexto de la tarde,en la suerte de varas, mató a varios caballos. Enel último tercio, cuentan que sacó una muletadescomunal y comenzó a torear con el pico de la tela.En uno de los pases, le largó un espadazo enel vientre, y luego otro. El toro lo miró mal, así que el torero tiró lostrastos y repitió la suerte del tercer toro: corriendo hacia la barrera. Y, unavez dentro, como el toro se le acercase, le pinchó de nuevo. El tercer aviso,sonó mientras Cagancho seguía intentando matar al animal sin salir de labarrera. Lo hacía pinchándole en los costados, en los brazuelos, en cualquierlugar. Aquellos de los subalternos que se atrevían a saltar a la arena lohacían con sus espadas debajo de las capas, se acercaban al toro y le pinchaban también alevosamente, encualquier parte. Estaba el toro vivo, y el ruedo ya comenzaba a llenarse deespectadores que,habían saltado a laarena.Las gentes comenzaron a perseguira Cagancho, el cual intentó, con la espada en la mano, salir de la plaza. Sedice que un espectador le agarró del cuello y, arrojándole en direccióncontraria, le gritó: ‑¡Al toro, coño! ¡Cobarde!- Y allí estaba Cagancho, enmedio de un ruedo lleno de gente que le rodeaba para darle una paliza;mientras, el toro vivo, sangrando por sus mil heridas, soltaba tornillazosllevándose a la gente por delante. Entoncescargóun destacamento de Caballería quese encontraba allí reforzando a la Guardia Civil. A caballo consiguieron despejarel anillo. Ocho guardias civiles rodearon a Cagancho y lo sacaron de la plaza,entre una lluvia de todo tipo de objetos.

El fracaso de Cagancho enAlmagro era,se decía, la bronca másgorda ocurrida jamás en un espectáculo público en España. La marcha del diestrofue seguida de disturbios en la plaza y en los alrededores, que motivaron quelas fuerzas del orden llegaran a cargar a caballo.

Almagro, aquella tarde, fue una batalla campaltan fuerte, que quedó en la memoria de los españoles, para los cuales «quedarcomo Cagancho en Almagro»pasó aser el símbolo de un fracaso absoluto.Cagancho, todavía vestido de luces, refugiado en el salón de actos delAyuntamiento de Almagro, custodiado por la guardia civil para que el personalque estaba en la calle no lo matase, se dice que comentaba: “Así es la vida. Yo quería quedar bien, perolo que no pue zé, no pue zé.”Uno de sus subalternos se quejaba a la guardia civil. –“¿A usted le parece lógico que a éste [por Cagancho] lo quieran meter en la cárcel por no habermatado un toro y a nosotros nos quieran hacer lo mismo por matarlo?

Con bastantedetalle, pero con moderación, el anónimo cronista del Diario ABC del día 26 deagosto de 1927 contaba que en el tercero, ”Colorao,bragao y recogido de cuernos, ….Entre una bronca, da un pinchazo echándosefuera descaradamente; otro igual; otro, (Monumental bronca.) Otro cuarteandofeamente; otro. (Gran escándalo.) Otra puñalada; cinco intentos de descabellopor Cagancho. (Enorme bronca.) Guerrilla apuñala al toro a la primera.”

Y en el sexto, “grande y con buenas defensas”escribe: “De salida siembra el pánicoentre la torería. Cagancho huye, y el público protesta ruidosamente…La faena deeste torero incomprensible es un espectáculo lamentable. Huye ante el toro,pincha como puede y donde puede, agujereando al bicho por todas partes, presaen todo momento de un pánico indescriptible. La broncaes ensordecedora. Suena un aviso y Cagancho,harto de pinchar, toma la barrera e intenta marcharse. El públicole apostrofa. Rayito descabella,y Cagancho es conducido a la cárcel en mediode una gritería inenarrable. No puede darse nada más vergonzoso.”

Y al díasiguiente, informaba que salieron de la cárcel tras pagar las multas de 500 y250 pesetas que les impuso el Gobernador a él y a su cuadrilla, ya que “Por evitar un perjuicio a la empresa de Almería, capital donde torea hoy Gagancho,el gobernador no quiso que estuviesen detenidos, pues de lo contrario hubiesenestado más tiempo” Y concluía: “No serecuerda otro escándalo mayor que el de ayer, y si a Cagancho no lo protege laGuardia Civil, la multitud, enfurecida, por la frescura inaudita del diestro,lo hubiera linchado. No obstante, Cagancho recibió algunos golpes.”

El episodio de Almagro,no fue único ni casualidad.

Ya enla tarde en que tomó la alternativa, el17 de abril de 1927, en la plaza de Murcia, había inauguradoel escándalo. La reseña del día después en el periódico “Levante Agrario”, entre otrascosas, decía que “Cagancho, de blanco y oro, con alamares, nos demostró queni es torero, ni tiene valor, ni sabe torear. No hizo nada. En los quites…abroncado por el público. En el segundo toro dio media verónica superior, peronada más. A las 5’12 (hora oficial) fue hecho matador de toros. El toro se llamaba“Orejillo”, era negro bragao y calcetero, y ostentaba el número 205. Empieza elneófito con precauciones con ayudados por bajo, movidos, sin mandar nada(pitos) más pases, huyendo en algunos, y media pescuecera echándose fuera(bronca) acierta al segundo intento, y hay una buena pita”. Lalidia del sexto toro [que elcronista califica como “pera en dulce”]fue una continua pita a Cagancho, con gritosde ¡Que se vaya! ¡Que se vaya! En los quites salía de estampía a la barrera, yasí las cosas, tocan a matar y ¡la debacle!, pases por bajo a dos metros dedistancia, perdiendo varias veces la muleta y arreando a la barrera. iSi estoes el día de su alternativa!, más adelante ¿qué será? ¡la karaba! El toro eraideal, embistiendo cada vez que movía la muleta, y entrando franco, sin tiraruna cornada, y el espada huyendo, huyendo, huyendo… Un pinchazo en el cuellosaliendo de estampía, y media pescuecera. Pasa el tiempo. Más pases. Dosintentos de descabello. Sigue pasando el tiempo, y la presidencia durmiendo, alos 13 minutos le dan el primer aviso (bronca de las grandes) dos intentos másy acierta.

Salede la plaza custodiado por la policía entre una bronca ensordecedora,escuchando el diestro todas las frases que en estos casos se dicen. En unautomóvil va el torero custodiado con la secreta, y rodeado de guardias deseguridad. No se atreve a tomar el tren en la estación y se va en auto,protegido, hasta la estación de Alcantarilla, en donde toma el correo.”

Y en Caravaca, (Murcia),el 1 de mayo siguiente, ante una actuacióndesastrosa, echándole los dos toros al corral, de nuevo, tuvo que salirprotegido por la fuerza pública.

Se había dejado un torovivo la tarde de su doctorado en Sevilla y los dos en la siguientecorrida,aunque logró un éxito extraordinarioen Toledo el 8 de mayo de 1927. En aquella ocasión, realizó una faena“inenarrable” al sexto toro de La Coquilla cortándole las dos orejas. Según Corrochano,"...lamuchedumbre se echó a la arena. Le estrujaron, le quitaron las zapatillas, sele llevaban a pedazos, como un relicario. Intervinieron los guardias, siemprelos guardias, para que no le maten de rabia o para que no le deshagan deentusiasmo y se le lleven a pedacitos como prenda de una tarde".

Confirmó la alternativaen Madrid a los pocos días con muy buena acogida.Y es que, explicaba a su entorno, tras salirde alguna plaza a almohadillazos: "Decada 100 tardes, prefiero estaruna vez bien y 99 mal que 99 regular y una mal".

Junto al segundoGitanillo de Triana ya Joaquín Albaicínformaban el cartel del arte, la ternade los gitanos, que tuvo su mayor éxito en Vista Alegre (Madrid), repitiendo endiversas plazas de España y Francia. En La Coruña, los tres finos toreros, conuna corrida de Miura para provocar el morbo como reclamo en taquilla, tuvieronunestrepitoso fracaso. Pasó lo que tenía quepasar. Claritotituló su crónica: “Tres gitanos engañana 8.000 gallegos".

PeroCagancho no solo provocó la ira de los aficionados en Almagro, actuacionesparecidas ofreció en Calahorra y Zaragoza aquel mismo año de su alternativa. El cronista taurino aragonés de estaferia de 1927, según nos cuenta Mariano García en “ElHeraldo”, en el articulo“Y Cagancho montó el escándalo enZaragoza”, publicado el 17 de octubrede 2009, escribía: ayer enZaragoza, tras una actuación de miedo, frescura e ignorancia incomprensibles,toda la Guardia Civil de la provincia hubo de disponerse a custodiarle alterminar la corrida para que no fuese víctima de las iras de un núcleo cargadode razonada indignación. La ganadería era de Concha y Sierra y la actuación delmismo tenor que en Almagro.En elprimero dio un pinchazo delantero y, después, una estocada atravesada.Descabelló al sexto intento. El quinto de Concha y Sierra, era un berrendo,buen mozo, cobardón y con pinta y hechos de buey. Le propinó una estocadaatravesada. Luego otra pescuecera, Otro pinchazo ignominioso. Sonó el primeraviso. Otro pinchazo y dos intentos de descabello. Un pinchazo en el cuello,cuando sonó el segundo aviso. Atizó otro pinchazo, y otro, y… Nuevaintervención de los peones, más pinchazos y… al corral.

Seguramente entre los improperiosque le dedicaran se oiría aquella frase de “nole pinches más que la piel vale” porque parece que en estas ocasionesCagancho les dejaba el cuero como un acerico.

Por su lado, eldecano del periodismo taurinocatalán,Antonio Santainés Cirés, (1929-2014)en su artículo “Joaquín Rodríguez Cagancho: centenario de su nacimiento”.Anuario taurino 2003, nº 37. Asocoación de la Prensa de Madrid, pp. 60-63) escribe:

“Continúala mala racha. A Zaragoza va a las corridas del Pilar. El 17 de octubre [de 1927] torea con Antonio Marquez y Gitanillo de Triana. Los toros son deConcha y Sierra. Ya el día antes al terminar su revista Don Indalecio decía:".... Y esperemos mañana. Torea Cagancho. El billete que hemos sacado paraverle, ¿Será un décimo premiado? "¡Que va! Cagancho ha estado fatal. Y enel quinto oyó los avisos reglamentarios y el sonar de los cencerros. El gitanopasó a la enfermería pero al certificar el doctor Pérez Serrano que no estabalastimado, el presidente suspendió la lidia, obligándole a salir al ruedo.Anochecido, ya, Cagancho pudo salir de la enfermería de la plaza vestido depaisano en un automóvil, partiendo para Casetas para tomar el tren. A raíz deeste suceso "La Voz de Aragón" de Zaragoza publicó una caricatura originalde Teixi [Luis Teixidor Cortals] querepresentaba a un ratón en la cárcel, consultando un reloj y comentando conextrañeza: ¡Las ocho, y Cagancho sin venir!.” Chiste, que con la expresión“Que raro, las nueve y Cagancho sinvenir”, se ha atribuido a Xaudaró como publicado en Blanco y Negro en los años30. (Joaquín Vidal,Madrid - 02/01/1984, en EL PAIS). Reproducimosaquí el de Teixi tomado del artículo citado de Santainés.

También informa Manuel Ramírez, enel ABC de Sevilla del día 14.7.1987, martes, pág. 56, que en la feria de abrilde 1929, en Sevilla,Cagancho estabaanunciado para torear tres de las cinco tardes. La primera estuvo bastante mal.La segunda provocó tal escándalo que tuvo que salir de la plaza protegido porla fuerza pública. Ante tal situación el Gobernador Civil, temiendo que al díasiguiente se organizaran mayores desórdenes públicos ofició a la empresaprohibiéndole que toreara.

Muchas tardes como las anterioresdebió vivir el torero. Muchas, debió salir escoltado por la Guardia civil ymuchas, visitar los calabozos por estos motivos. De ahí el mencionado chistegráfico y las coplas alusivas que se cantaban como la siguiente:“Ala puerta de la cárcel no me vengas a cantar, que está Cagancho dormido y lovas a despertar”. Tal era lafama de que le echaran los toros al corral, de dejarselos vivos, que elcronista taurino “Clarito” (Cesar Jalón Aragón, 1889-1985) en sus “Memorias deClarito” (1972), cuenta que Cagancho,desolado, acababa de comunicarle que habíamuerto repentinamente el común amigo Sabino y como al apurar la taza de café, aparecieraéste, Clarito estalló: "Pero ¡maldita sea tu casta! ¿También a los amigoste los dejas vivos?"

Pero no se gana fama solamentepor las malas tardes, y Cagancho, junto a muchas como las descritas, las tuvosublimes. Ya hemos hecho referencia a sus triunfos en Méjico y en España. Siuna plaza da nombre a un torero, esta es la de Las Ventas de Madrid, y en ellacosechó Cagancho triunfos sonados. Parece ser que la de la presentación denovillero el 5 de agosto de 1926, junto a Gitanillo de Triana y Enrique Torres,con novillos del marqués de Villamarta, grandes, con pitones y arrobas, fuememorable con verónicas calificadas de “enormes”, “inconmensurables”, etc. Porcierto, el crítico taurino de ABC (E.P.), mencionaba a Joaquín Rodríguez y seadscribía tácitamente a los críticos taurinos catalanes, pues decía, entreparéntesis, de su sobrenombre que “el apodo de este torero no lo escribiréjamás por respeto al lector”. De su gran triunfo,ha quedado, en contraposición al granfracaso en Almagro, la frase que a veces se oye, también,de “Quedar como Cagancho en Las Ventas”, paraindicar que se ha quedado muy bien. El gran crítico taurino Gregorio Corrochanolo comparó en una de sus crónicas con una talla de Montañés. Escribe: "El gitano negro va vestido deblanco. Pausadamente como un fantasma, se acerca al toro. Con el palillo de lamuleta y la espada hace una cruz y así se presenta a la multitud este hombreseco como un cartujo, del color de la madera que eligiera para sus tallas, elMontañés. Pasa el toro sin que el leño se mueva y hay en el tendido ruido deapoteosis. La izquierda mano, huesuda o leñosa, asoma obscura por la mangablanca salpicada de oro...." yañade: "Aquella mano del Montañéslarga, leñosa, que asoma obscura por la manga blanca salpicada de oro, haceunas cosas de torero, de un sabor torero que empalaga." Y termina suhistórica crónica diciendo: "Yo creoque Cagancho no sabe torear; pero cuando torea... Sentí un escalofrío y mecrucé el abrigo."

Lafama de Cagancho, la buena,de lascrónicas pasó a las letras. Federico García Lorca escribiría de él: «JoaquínRodríguez “Cagancho”… monarca de gitanos» y Pedro Luis de Gálvez, (1882- 1940) loinmortalizó en uno de sus magníficossonetos, sonetoque termina con estosdos tercetos:

“Juntoslos pies, erguido, sonriente,

Deja albruto pasar e indiferente

Mira enun cuerno un alamar de oro.

Tieneel cañí la chaquetilla rota.

Es todoigual…La plaza se alborota.

¡Yenvidia una mujer tiene del toro!”

Entrelos múltiples homenajes en España y en Méjico, el torero de Triana tiene en la calle Evangelista de la capitalhispalenseun azulejo en su honor conesta leyenda: “En el seno deuna familia de cantaores, vino al mundoen este extremo deEvangelista, un genio del arte de torear Joaquín Rodríguez “Cagancho” quienllevó a los ruedos la magia de los duendes de la cava. Nació en 1903 y fallecióel último día de 1983”. Y en Tarancón tieneuna calle, lacalle Joaquín Rodríguez Cagancho,que va desde la calle de Santa Quiteria hasta la Cuesta de Barajas. Allí toreó varias veces. En una de ellas lereglaron una medalla de la patrona, la Virgen de Riánsares,y toreando un toro un día de 1928, recibióuna cornada en el pecho que podría haber sido mortal, si esamedalla que siempre llevaba consigo, nohubiera desviado el cuerno. Con ese motivo regaló a la Virgen un manto e hizoen otras ocasiones diversas donaciones. “Desu bolsillo salió el dinero con el que se instalaron los primeros rayos X en elHospital de Santa Emilia” yactuó varias veces en festivales para recaudarfondos para los pobres del pueblo y para su hospital.

Este fue Joaquín Rodriguez Cagancho,el gitano de los ojos verdes, capaz de enfervorizar al públicoen sus tardes de inspiración y deencolerizarle hasta extremo dequererlincharle, en las que la astada pareja de baile no seguía sus pasos.Sí “Quedar como Cagancho en Almagro” es quedarfatal, “Quedar como Cagancho en Las Ventas” es lo contrario. Yo meconformaría con quedar.

Madrid,3 de abril de 2021

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