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Evolución en la moda: Este era el vestuario de los bumangueses décadas atrás

Una nueva edición del Santander BGA Fashion Week, más incluyente y recargada tras un año y medio de restricciones sanitarias, tendrá lugar en la capital santandereana a partir de este jueves 30 de septiembre como una ruta para dar a conocer los mejores diseñadores y modelos de Santander y el país.

Es por ello que VANGUARDIA recopiló parte de la historia de la transformación de la moda que hoy sigue definiendo el vestir de muchos santandereanos.

La década de los 60 representó una revolución en la moda de las personas. Bucaramanga no se quedó atrás. Tras pasar de una tendencia elegante y sobria, la informalidad y la libertad, a raíz de diferentes hechos culturales y artísticos, se tomaron la forma de vestir de los ciudadanos.

La juventud se encargó de transformar la vestimenta occidental al imponer una tendencia más informal. El jean pasó de ser una prenda exclusiva para obreros y se convirtió en el favorito de las personas. Además, las mujeres empezaron a usar pantalones cuando décadas antes era solo de los hombres. Este era ancho y de tiro alto.

De acuerdo con la Fundación Acción Interna, es la primera vez que internos de tres cárceles del país se gradúan de manera simultánea de un diplomado que les ofrece una visión integral de la industria de la moda en Colombia. (Foto: Suministrada / VANGUARDIA)
Internos de la Cárcel Modelo de Bucaramanga se prepararon para emprender en negocios de la moda
El poco espacio que existe en los andenes del Centro es ocupado por ventas callejeras y también por comerciantes formales que utilizan las aceras como vitrinas o estantes para ofrecer sus mercancías. (Fotos: Jaime Del Río / VANGUARDIA)
Los peatones se quedan sin espacio en Bucaramanga

El jean llegó a ser usado como prenda diaria. Los pantalones de dril con pliegues y bombachos seguían en el mercado y eran muy usados. Sobre los zapatos, los tenis se convirtieron en un añadido de un atuendo cotidiano.

Evolución en la moda: Este era el vestuario de los bumangueses décadas atrás

La minifalda, por su parte, es la gran prenda revolucionaria, al igual que el ‘short’, que marcaron la moda de aquel momento, y según el docente de Historia de la moda de la Universidad Manuela Beltrán, Robinson Salazar, esto significó la liberación femenina de aquel entonces. Incluso llegaron a usar sandalias o zapatos descubiertos y botas, algo que normalmente era para hombres.

“Hizo que las mujeres se controlaran sus cuerpos y se vistieran como quisieran. Si querían mostrar pierna, lo hacían”, agregó Salazar.

Esperanza Arango contó que las mujeres que se vestían de dicha forma, eran señaladas de forma negativa pues persistía el conservadurismo de la sociedad. “Las trataban de ‘fufurufas’ y de irrespetuosas. Los papás, principalmente, regañaban a las hijas cuando compraban ropa así”, dijo la mujer, quien vivió con plenitud aquel periodo.

Era común ver estas piezas en los ciudadanos, al igual que el uso de camisas abotonadas de cuadros, colores como el blanco y negro, incluso más vivos, y diseños novedosos como puntos y rayas. El arte óptico, con estilos pictóricos y figuras geométricas empezaron a ser tendencia desde esa época. El docente contó que para entonces se popularizaron los estampados en las camisetas, una técnica que ha perdurado desde ese momento.

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Por otro lado se mantenía el uso tradicional, en el caso de las mujeres, de faldas anchas y largas hasta la canilla, al igual que blusas unicolor y bastante sencillas. Los tonos marrones y sobrios eran más usados en adultos, que no cambiaron mucho su estilo de años anteriores.

El cabello de las mujeres era peculiar, la mayoría lo llevaba hasta los hombros, o era aún más corto. Ellas solían hacerse peinados complejos y bastante organizados, en muchos casos, con algo de volumen, algo que cambió con el tiempo. Salazar cuenta que muchos hombres tomaron el corte de cabello de los Beatles, o simplemente lo mantenían bastante corto.

Gafas con marcos grandes y de colores, y accesorios llamativos, era lo más tradicional en la moda del momento.

Los hippies y la moda de los 70

Años después, el hippismo, como movimiento cultural, tuvo una alta influencia en la vestimenta de los jóvenes, y de alguna forma, en la de los adultos. La prenda más recordada por las personas es el pantalón bota campana, que era ceñido en los muslos y se hacía más ancho en los tobillos. Usualmente eran combinados con camisetas o camisas holgadas, y acompañados por collares largos. Los hombres, en su mayoría, traían este tipo de pantalones, pero las mujeres también llegaron a usarlo.

Sobre el cabello, una melena desordenada y larga, en el caso de los hombres, era sinónimo de genialidad. Las mujeres también dejaron crecer sus cabellos, casi hasta la cintura, cuenta el historiador Salazar. Esto hacía parte de una cultura liberal y más anarquista, para romper los estándares de la burguesía.

El look más recurrente, en muchos, era desaliñado. Estas personas tuvieron un mayor acercamiento al Rock, pues intentaban seguir el estilo de los músicos y usaban camisas estampadas con los logos de bandas como AC/DC, Led Zeppelin, The Beatles, The Rolling Stones, Pink Floyd, entre otros.

Pero estaban también los que no compartían la línea hippie y vestían ropa que si bien fijaba el mismo modelo de prenda, era más formal y organizada. También empezó la moda de usar zapatos de plataformas, botines y zuecos, y se mantuvo la minifalda.

Cerrando la década de los 70, la industrialización de Colombia dio pie a que hubiese más posibilidades de masificar las confecciones de prendas, por lo que era más fácil usar lo que estaba en tendencia en aquel momento.

Y en los 80...

Hubo un par de cambios en la forma de vestir de las personas, donde las prendas características de la época eran sueltas y más grandes de la talla de la persona. Claudia Flórez, trabajadora independiente, manifestó que lo que más marcó la moda era hacerse rizos permanentes. El cabello ideal era rizado, bastante esponjado y un poco más largo de los hombros.

Para verse “repolludas” las mujeres usaban hombreras y zapatos de tacón alto puntiagudos para las damas con jeans bastante holgados a la altura de la cintura y cinturones gruesos. Los hombres seguían usando jean y camisas con cuadros y botones, o camisetas con diseños artísticos. También fue muy popular el peinado de ‘Alf’, pantalón de dril ancho, de pliegues, y bermudas de jean.

Flórez recuerda que se puso de moda usar pantalones hechos con tela terlenca, un textil grueso y bastante caluroso.

Aretes, gargantillas, pulseras y diademas grandes de colores bastante vivos eran lo más usado por las mujeres. En su mayoría, estaban hechos de pasta.

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