Por Nuria Luis
El calzado más rebelde del armario también puede ser un aliado perfecto a la hora de construir estilismos perfectos
Las botas Dr Martens representan el perfecto look off-duty en el mundo de la moda: vaqueros pitillo, una camiseta de tirantes blanca y unas botas rotundas con los cordones desabrochados han sido la máxima estilística que lucían las modelos entre desfile y desfile durante las semanas de la moda. Un concepto que trasciende el tiempo y los estilos: podemos encontrarlas en el armario punk, en el grunge, en el de escritoras como Caitlin Moran, que recomienda amartillearlas para que pierdan rigidez antes de estrenarlas.
Las Dr Martens son, probablemente, las botas militares (o mejor dicho, de cordones) más famosas de la industria. Motivos no le faltan a un calzado que se convirtió en un símbolo absoluto de rebeldía. Asociado a los movimientos de algunas de las tribus callejeras más célebres, ha sido el símbolo eterno de adolescente inconformista (y descontento) con el mundo que le rodeaba.
A pesar de su ubicuidad, las Dr Martens nacieron por accidente. El primer germen se encuentra en las botas modestas de trabajo que la familia Griggs produjo en Wollaston (Northamptonshire, en las Midlands británicas) durante seis décadas desde 1901. Eran muy resistentes y duraderas, uno de los símbolos del sector de calzado inglés… hasta que entró en escena el doctor Klaus Maertens.En este punto la historia se traslada hasta la época de posguerra en Múnich (Alemania), en 1945, para hablar de un soldado de 25 años que ideó una suela con amortiguación de aire (en lugar del tradicional cuero) para recuperarse de una lesión por un pie roto. Maertens se alió con un viejo amigo de la universidad, el doctor Herbert Funk, para crear un prototipo cuya producción formal ya arrancó en 1947. Hacia 1959 el negocio iba viento en popa y decidieron dar el paso para darlo a conocer en las revistas del extranjero.
Fue uno de sus anuncios lo que llamó la atención de la compañía de Griggs, dirigida por aquel entonces por la tercera generación de la familia.Decidieron adquirir una licencia exclusiva y le introdujeron algunos cambios: alteraron el talón, le pusieron una (ahora icónica) puntada de hilo amarillo y añadieron una suela acanalada de dos tonos. También incluyeron un lazo en el talón en negro y amarillo, con el nombre y el eslogan en inglés “con suelas que rebotan”. El 1 de abril de 1960 se comercializó el primer par: habían nacido las Dr Martens como las conocemos hoy.
Comenzaron a ser utilizadas por obreros de fábrica y por carteros. Con un precio asequible de dos libras, era el rotundo calzado de las clases trabajadoras de Inglaterra. Un hito con mucha lógica en el turbulento panorama que seguiría: entre las revueltas obreras por las altas cifras de paro y una atmósfera de descontento contra el gobierno, fueron los skinheads los que hicieron suyo el estilo de la clase obrera británica. Pete Townshend, líder de la banda The Who, fue el primero en ponerlas de moda cuando pisó con ellas un escenario, en 1966. De uniforme de trabajo, las Dr Martens pasaron a ser el calzado de la los punks. De los góticos, que las mantuvieron como parte de su armario. Todo un símbolo de la contracultura juvenil que, como sucedió con el resto de elementos distintivos del movimiento, capitalizó la moda y lo convirtió en un fenómeno de masas.
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— Dunedin Canmore Thu Jun 14 07:51:16 +0000 2018
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En su apatía estética, el grunge también hizo de ellas parte de su uniforme. Lo mismo que el britpop, que hizo suyas el modelo conocido como 1460. Desde entonces, las Dr Martens han trascendido el underground para convertirse en el calzado más versátil del guardarropa. Will Smith las lució desatadas en El príncipe de Bel Air. Una jovencísima Demi Moore posaba con ellas en 1993, acompañando un vestido negro con cut-out a la altura del vientre (un look, por cierto, no muy diferente a los que se llevan en 2021). Aunque pasaron por una época de vacas flacas a comienzos de los años 2000, las Dr Martens se convirtieron en el calzado favorito de las prescriptoras de moda: "Si me haces elegir entre mi par de Dr Martens y un vestido de Valentino, las elegiré a ellas. Sobre todo porque son muy yo", confesó en una ocasión Veronika Heilbrunner, una de sus más arduas defensoras.
Hoy las Dr Martens gozan de una (buenísima) salud. Varios son los diseñadores que han colaborado con la firma: por ejemplo, en 2018, para celebrar el 25 aniversario del emblemático desfile de Marc Jacobs para Perry Ellis, lanzaron una reinterpretación de la icónica bota que remitía al mismo espíritu grunge que subió Jacobs por entonces a la pasarela.Actualmente, cualquiera de sus versiones, incluidas las de plataforma más rotunda, son una apuesta segura. Aquí repasamos 23 ideas que son pura inspiración para dar rienda suelta a tus looks. Porque pocos calzados hablan de autoexpresión como unas Dr Martens.
Por Ellie Pithers