Para muchos, hablar de verano es sinónimo de hablar de Marbella. La ciudad malagueña es uno de los destinos favoritos de aquellos que buscan seguro de sol y playa. Pero también de todos los que se sienten atraídos por esa etiqueta de lujo que se apoderó de esta localidad hace más de 50 años. Puerto Banús y sus impresionantes yates, la Milla de Oro y sus asombrosas villas, la apabullante oferta de hoteles, restaurantes y beach clubs de lujo que no deja de crecer…
Pero Marbella es mucho más que eso. Este pueblecito pesquero, que enamoró a princesas, duquesas, actrices, cantantes y celebridades de todo el mundo, mantiene viva su esencia más pura en su encantador casco antiguo. Lejos de ostentaciones, de construcciones poco respetuosas con el entorno, y de esa Marbella diseñada para los amantes de los excesos, existe un conjunto histórico de laberínticas calles empedradas en las que solo hay espacio para casas tradicionales de fachada blanca, adornadas con macetas y enredaderas de flores multicolor; negocios históricos de artesanía y locales de hostelería con más de medio siglo de vida. Un núcleo histórico algo desconocido que esconde tesoros que empiezan a salir a la luz y que ya se han convertido en nuevos lugares de visita obligada para los que buscan un verdadero lujo en la capital de la Costa del Sol.
Quédate con este nombre: La Ciudadela Marbella. Es el nuevo proyecto hotelero que ha llegado a la ciudad para ofrecer una nueva experiencia de alojamiento y restauración en el casco antiguo, con el único objetivo de recuperar la identidad, la elegancia y el carácter que convirtieron a Marbella en el destino preferido de la jet set nacional e internacional durante décadas. Dos hoteles en los que te querrás quedar a vivir, dos restaurantes con carta en constante evolución para que nunca te canses de probar y disfrutar, y dos rooftop con las mejores vistas del casco antiguo de Marbella, del mar y de la sierra. Y estas son solo las primeras aperturas de este proyecto que no debes perder de vista.
Charly Simon PhotoSituado en la céntrica calle Ancha, ocupa una antigua casa señorial que perteneció a la familia Ardois, vinculada al negocio minero de la ciudad. Desde que uno cruza la puerta de entrada, abierta al público desde el 1 de agosto, se respira esa perfecta fusión entre el pasado y el presente más exquisito. Las paredes de cuarzo, los imponentes techos altos de madera, los suelos hidráulicos con formas geométricas, y los patios típicos de la zona se mezclan con el diseño más elegante y puntero para crear una atmósfera de lo más cálida. En sus 9 habitaciones no falta ni un detalle: la ropa de cama es de algodón egipcio de 500 hilos, en una infalible combinación de blanco y negro; sus amenities de baño son de Loewe –salvo en la gran suite que son de Guerlain-; los utensilios para el cabello los firma GHD; todas las piezas y grifería del baño las firma Porcelanosa; y hay hasta un catálogo de almohadas para que cada huésped elija su favorita para dormir como los ángeles. Por su puesto, a golpe de clic. Desde un Ipad en el que tendrás la experiencia más personalizada que puedas imaginar.
drdrEl desayuno se sirve en la última planta, que cuenta con una terraza rodeada de olivos con espectaculares vistas a la sierra y al mar. Por la noche, el rooftop se pone en modo chill out para degustar copas y cócteles de autor. No te querrás mover.
drEn la planta baja de Maison Ardois, con acceso directo desde la calle, se encuentra el primero de los restaurantes de La Ciudadela, que abrió sus puertas el 9 de agosto. Bajo la batuta de Pablo Rebollo –formado en prestigiosas casas como Mugaritz, Kokotxa o Valdepalacios-, que ocupa el puesto de chef ejecutivo y se encargará de toda la propuesta gastronómica del grupo; este local ofrece una fusión de comida thai y recetas españolas con un toque peruano de lo más interesante. Además, su idea es ir renovando la carta constantemente para que siempre haya nuevas sorpresas que degustar. Entre los imprescindibles de esta primera etapa: el salmorejo de mango con helado de leche fresca, la croqueta thai-elaborada con pimiento, coco y curry rojo-, una versión del padthai con carabinero, el salmonete con crema de berzas, el ravioli de pollo Pekín, y su irresistible Ferrero –una mezcla de avellana, helado de Kinder, naranja china y chocolate-.
drdrA pocos metros de Maison Ardois, en la Plaza de Santo Cristo, se encuentra el segundo hotel de La Ciudadela Marbella, que abrirá sus puertas en septiembre. Con un toque mucho más mediterráneo y una fuerte influencia de la arquitectura árabe, cuenta con 15 habitaciones en la que los colores y tejidos naturales invitan al relax. Los muebles de rafia y madera, la ropa de cama en blanco y tonos tierra, los detalles de aseo y cuidado de marcas de lujo… todo está pensado para activar el modo off. Sin olvidar su maravilloso patio, rodeado de persianas de bambú, jardineras azules, mosaicos de azulejos con motivos naturales y una fuente de la que emana el agua que pone la mágica banda sonora de paz en todo el edificio
Su rooftop es otra de las paradas obligatorias. Aquí, además de desayunar o disfrutar del atardecer, los huéspedes podrán relajarse en sus tumbonas al calor de ese envidiable seguro de sol de más de 300 días al año del que presume Marbella.
Cocina de mercado, producto kilómetro cero y elaboraciones muy respetuosas con la materia prima. Es el latemotiv de este restaurante. El chef Pablo Rebollo y su equipo están diseñando una carta en la que pretenden sacar la mejor versión de la cocina malagueña con un twist, aprovechando su calidad, su variedad y su frescura. Por eso, la decoración del local va muy en sintonía con esas raíces de mar y montaña. Mucho mimbre, mucha madera, muchos colores neutros y una luz de lo más cálida.
Además, la Ciudadela cuenta con un departamento de Guest Experience con un catálogo infinito de actividades para todos los gustos –desde jornadas de compras, escapadas en velero, experiencias de cetrería…- que no te puedes perder en tu próxima escapada a Marbella. Y sigue atento a todas las novedades de este proyecto porque dará mucho que hablar. ¿Un adelanto? En octubre abrirán las puertas del único hotel dentro de la antigua muralla de la ciudad. Se llamará El Castillo, contará con 15 habitaciones, un restaurante especializado en carnes y pescados a la brasa, con terraza para cenas en la plaza de San Bernabé, y un rooftop con propuestas gastro más casual, actuaciones en directo y un reservado con jacuzzi que queremos reservar desde ya.
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