LOCUTOR
Las historias que solo HOLA puede contar. HOLA presenta el podcast de Julio Iglesias, del hombre a la leyenda. En este episodio arrancamos como hay que arrancar, por el principio. Cuando Julio, el futbolista abogado se convirtió en el artista latino que más discos ha vendido, en el español más IM. Hemos escuchado todas sus canciones, le hemos entrevistado durante cinco décadas y hemos sido testigo de momentos muy personales de su vida. Eso nos ha servido para descubrir al hombre que hay detrás del artista latino más célebre de todos los tiempos. Él es Julio Iglesias y esta es su historia, una historia que solo HOLA puede contar…
JULIO IGLESIAS
La vida sigue igual… es la única canción que yo pienso que escribí sin saber que la gente la iba a escuchar. Esta era una historia que me salía de las entrañas. Al final, las obras quedan y las gentes se van. Y yo estaba muerto, o sea, tenía un accidente gravísimo y esa fue una canción de aleluya, una canción de recuperación.
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Esta es la voz de Julio Iglesias y está contando su propia historia a los micrófonos de ¡HOLA! TV, el Canal de Televisión de la Revista ¡HOLA!, disponible en América Latina y Estados Unidos. Es una historia que comenzó durante el verano de 1968 en la costa española.
SUENA LA VIDA SIGUE IGUAL
“Unos que nacen otros morirán
Unos que ríen otros llorarán
Aguas sin cauces ríos sin mar
Penas y glorias guerras y paz…
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El régimen del General Francisco Franco había apostado por el turismo de sol y playa y las calles de Benidorm estaban llenas de turistas nacionales y europeos. La noche del 18 julio se celebraba la gran final del Festival Internacional de la Canción. La Plaza de Toros había abierto sus puertas y 10.000 espectadores escuchaban una a una las canciones que habían pasado el filtro de la censura. En esa noche, cálida y húmeda, propia del Mediterráneo, en noveno lugar salió al escenario un desconocido Julio Iglesias. Tenía 24 años, era bastante delgado, arrastraba ligeramente los pies al andar y vestía un traje hecho a medida de un blanco impecable que resaltaba con un bronceado muy intenso, quizá ese era ya su rasgo más llamativo, junto con una sonrisa muy cuidada.
Julio estaba dispuesto a cantar una canción que había escrito él mismo mientras se recuperaba de un accidente de coche. En un principio la iba a cantar otro artista: uno con más opciones de ganar. Cuando se acercó al micrófono, sus movimientos le delataron, estaba nervioso y escondió las manos en los bolsillos.
LA VIDA SIGUE IGUAL: SEGUNDA ESTROFA:
… Siempre hay por quien vivir y a quien amar
Siempre hay por qué vivir por que luchar
Al final las obras quedan las gentes se van
Otros que vienen las continuaran la vida sigue igual…”
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Julio Iglesias había necesitado literalmente un empujón para salir al escenario, no tenía experiencia, pero se había dicho así mismo que esa era su gran oportunidad. Así que cantó y se convirtió en el gran triunfador de esa noche.
JULIO IGLESIAS
Ahí empezó todo, sí… Nuestra vida son puras circunstancias y si yo no hubiera tenido la circunstancia, primero del accidente, que es la base de mi vida porque si no, no hubiera escrito La vida sigue igual.Si no hubiera tenido la circunstancia de que la compañía de discos le daba la canción a Manolo y Manolo, chico canario, guaperas, iba a cantarla y de repente le da la hepatitis y me dice la compañía “¿qué hacemos con la canción? ¿Usted sabe ir a un festival?” y yo “no, nada más tocó la guitarra”, “no es que es con orquesta”... Yo no he cantado con orquesta en mi vida, pero canté. Canté regular, pero tuve la suerte de que la gente se entendiera con la canción inmediatamente.”
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Así, casi por casualidad, Julio Iglesias se anotó su primer gran triunfo. Aunque él todavía no lo sabía, acaba de cambiar el rumbo de su vida. Esa noche se bajó del escenario eufórico, llevaba las primeras 150.000 pesetas ganadas con su voz y en las manos una sirena de oro a modo de trofeo. Fotógrafos y periodistas ya le esperaban. En cuestión de días su canción sonaba a todas horas...
TERMINA LA VIDA SIGUE IGUAL
“Pocos amigos que son de verdad
Cuanto te halagan si triunfando estas
Y si fracasas bien comprenderás
Los buenos quedan los demás se van
Siempre hay por quien vivir por quien amar
Siempre hay por qué vivir por que luchar
Al final las obras quedan las gentes se van
Otras que vienen las continuarán
La vida sigue igual”…
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El Festival de Benidorm fue la carta de presentación de Julio Iglesias: allí ganó la confianza necesaria para emprender una carrera que despegaría imparable en solo dos años. Pero hagamos un alto: ¿quién es Julio Iglesias?
Hay que remontarse al 23 de septiembre de 1943, a la España de la posguerra y sus medios limitados. En un hospital maternal de la calle del Mesón de Paredes, en el castizo y madrileño barrio de Lavapiés, un doctor gallego y su mujer, dieron la bienvenida al primero de sus dos hijos tras una complicadísima cesárea durante la que se temió lo peor…
JULIO IGLESIAS
Yo creo que el mejor gol de mi vida es cuando mi padre y mi madre decidieron tener un hijo y yo salí chillando porque nací en una cesárea y yo creo que tenía muchas ganas de vivir ya. Justamente mi arranque hacia la luz de la vida fue con ganas, con rabia de salir. No podía salir y salí. O sea que eso ya fue una maravilla. Por eso mi madre me llamó a Julio César, por la cesárea…
LOCUTOR
Sus padres cambiaron de opinión y le llamaron Julio José. Su infancia, feliz, transcurrió en el barrio de Argüelles, en la calle Benito Gutiérrez, en el centro de Madrid. A su padre, el doctor Julio Iglesias Puga, un personaje clave en su vida y sobre el que hablaremos a fondo, le fueron muy bien las cosas y la familia disfrutó de un nivel de vida que se haría progresivamente más acomodado.
El juguete que marcó la infancia de Julio fue el balón. Todavía recuerda cómo su padre se enfadaba cuando lo pillaba marcando la portería con un abrigo recién comprado en El Corte Inglés. A fuerza de recibir balonazos, se terminó convirtiendo en el portero oficial de la escuela y si alguna vez tuvo una inclinación musical, rápidamente se la cortaron.
Sus primeros veranos, antes de que la familia fuera a Peñíscola, transcurrieron en Galicia, donde están los orígenes del doctor Iglesias Puga. La familia disfrutaba las vacaciones entre Orense y el desaparecido hostal O Pote en Cangas do Morrazo. Allí comió marisco por primera vez y se enamoró de una tierra a la que está unido por un fuerte sentimiento de pertenencia.
JULIO IGLESIAS
La música no fue una connotación natural en mi vida, es decir, yo cuando tenía 15, 16, 17, 18 años, 19 años, para mí la música era pasiva. Sabía quién era Elvis Presley, sabía quién era Sinatra, Nat King Cole, pero no estaba muy interesado en comprar un disco, no tenía nada que ver con eso. Yo era un deportista nato…
LOCUTOR
Con 16 años Julio Iglesias se presentó a las pruebas de acceso del Real Madrid, el equipo del que siempre había sido socio. Fue admitido en los juveniles y compaginó los entrenamientos con los estudios de derecho, una carrera que eligió como trampolín para otra profesión, quizá la de diplomático. No lo tenía muy claro. Al doctor Iglesias Puga no le gustó la idea del fútbol por miedo a que dejara sus estudios, pero terminó apoyándole, como haría toda su vida…
ALFREDO FRAILE
“Su padre es la persona que más ha influido en él, de alguna forma quien ha tenido más cerca, le ha acompañado en momentos difíciles. Era una persona muy positiva, le empujaba mucho, también profesionalmente, en todo, en el fútbol; en la carrera, tienes que ser el mejor abogado; como cantante, le decía tú vas a triunfar, era muy positivo”.
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Alfredo Fraile, manager de Julio Iglesias durante quince años, nos contó esto y muchas cosas más. Accedió a tomarse un café con nosotros durante su última Navidad en Madrid y lo hizo por el cariño que todavía sentía por los fundadores de la revista ¡HOLA! En marzo de 2021 Alfredo Fraile falleció a causa del coronavirus. Queremos honrar su memoria y darle las gracias por esta entrevista, la última que concedió.
ALFREDO FRAILE
“Julio y yo íbamos al mismo colegio, los Sagrados Corazones… a Julio ya le gustaba cantar y tocar la guitarra, en los festivales del colegio salía y cantaba boleros… pero nunca pensó en dedicarse a ello. Le gustaba el fútbol, j Lo fichó el RM en juveniles iba todo bien, hasta que tuvo ese accidente de coche que, desgraciada y afortunadamente, le cambió la vida.”
LOCUTOR
Ese accidente del que nos habla Fraile sucedió en el mes de septiembre de 1963. Julio Iglesias celebraba los veinte años que estaba a punto de cumplir en las fiestas de Majadahonda. Había llegado a esta localidad del noroeste de Madrid conduciendo su Renault Dauphine y junto a sus amigos Tito Arroyo, Enrique Clemente y Pedro Luis Iglesias. Corrieron los encierros de la tarde, cenaron en la calle y bailaron con las chicas que estaban allí de veraneo, algunas ya conocidas de otras fiestas en la capital. Cuando terminó la verbena, los cuatro se montaron en el coche de regreso a Madrid. Charlaban animadamente cuando a la altura del barrio de El Plantío, una curva tomada a alta velocidad provocó que Julio perdiera el control del vehículo.
Mientras, en el centro de Madrid, la madre de Julio, Rosario de la Cueva, le esperaba despierta, de pie junto a la ventana. Cuando alguno de sus dos hijos salía, ella esperaba despierta su regreso. Esa noche era más tarde de lo habitual; presentía que algo malo estaba pasando.
El Renault rojo que conducía Julio había dado vueltas de campana y estaba totalmente destrozado, en el fondo de una cuneta con las puertas abiertas, la radio sonando y las luces todavía encendidas. Los cuatro ocupantes pudieron ponerse en pie, doloridos y desorientados pensaron que habían tenido suerte, al menos eso parecía.
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— Nikki Haley Tue Oct 13 15:45:35 +0000 2020
Cuando Julio llegó a casa no tuvo más remedio que contar lo sucedido. Sus padres se enfadaron, pero al final quedó el alivio de que nadie hubiera resultado herido. Sin embargo, las consecuencias de ese impacto serían fatales para él.
Tras el accidente comenzó un curso académico y deportivo emocionante. Sus estudios de derecho iban bien y tenía posibilidades de ser portero con el primer equipo. Pero un día, sin previo aviso, mientras entrenaba en la Ciudad Deportiva, Julio Iglesias nota que sus piernas pierden fuerza. Otro día, en el Santiago Bernabéu, le falla el equilibrio. Éstas serían solo las primeras señales. En cuestión de semanas padece unos dolores insoportables y comienza un largo peregrinaje por los mejores especialistas del país. El tiempo pasaba y nadie le daba respuesta. Julio ya no dormía, respiraba con dificultad y el simple movimiento que provoca un estornudo le hizo perder el conocimiento. Cuando llega la Navidad de 1963, tres meses después del accidente, Julio Iglesias se queda parapléjico.
JULIO IGLESIAS
“Cuando yo tuve el accidente, mi padre que era un grandísimo cirujano, era el director de una clínica grandísima, me acuerdo que mi padre dejó la carrera casi durante un año y se dedicó a mí solo. A hablar conmigo, a pasear conmigo, a nadar conmigo. Son cosas que uno las tiene pegadas al alma para siempre”.
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El doctor Iglesias Puga pidió ayuda a sus contactos y logró reunir a los mejores expertos de la época. Finalmente, uno de los internistas del General Franco advierte que Julio sufre una grave compresión medular y lo ingresa de urgencia en el hospital Eloy Gonzalo de Madrid. Tras ocho horas de quirófano y ya con el quiste fuera de la columna, Julio se despierta. El pronóstico es el peor: podía no volver a caminar.
La radioterapia que le pautó otro de los médicos que estudió su caso, terminó por consumirle. Julio pesaba 45 kilos, tenía la piel pegada a los huesos y se sentía un muñeco roto, hasta que el doctor Iglesias Puga, que nunca estuvo convencido con ese tratamiento, se lo llevó a casa.
Los meses fueron eternos hasta que sucedió el milagro: Julio Iglesias consiguió mover un dedo del pie. Tal y como había previsto su padre: había esperanza. Padre e hijo se volcaron por completo en su recuperación y fue en ese momento cuando un ayudante del médico puso en las manos de Julio una guitarra.
JULIO IGLESIAS
Desperté a la música por casualidad, porque, de repente, tuve que hacer terapia con una guitarra, una guitarra que podía haber sido cualquier otra cosa, que tenía que mover mis manos.
Y ahí empecé a hacer acordes pequeñitos y a balbucear alguna canción, y escribí La vida sigue igual, escribí muchas canciones en aquella época, en un momento en que cuando tenía 3 notas en la mano pues era capaz de hacer una canción. Ahora no soy capaz, pero en aquella época sí. Y a través de ese momento circunstancial es cuando yo empiezo a cantar…
Fue una emoción absolutamente independentista. Ahora, todo lo que canté después, todo lo que escribí, ya pensaba -como le había gustado la canción a mi mamá, a mi papá, a mis amigos…- ya siempre pensaba: “¿le gustará esta?”. Pero aquella no. Aquella me gustaba solo a mí. Era una canción muy reflexiva, muy de verdad...
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Con una voluntad implacable, en abril de 1964 Julio Iglesias caminó, primero con la ayuda de dos bastones y meses después solo.
JULIO IGLESIAS
Siempre tuve, gracias a Dios, la gran suerte de que mi sistema central medular no estaba seccionado, estaba muy herido, con lo cual tuve una oportunidad de luchar contra ese accidente grande y de sobrevivir.
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El futbolista había muerto para siempre, pero Julio Iglesias había nacido por segunda vez. Era el momento de reorganizar su vida. Su padre le quería que retomara sus estudios de derecho y le anima a irse al Reino Unido a aprender inglés. En la Universidad de Cambridge, Julio Iglesias se enamora de una tal Gwendolyne, a la vez que comienza a tocar en algún pub de Londres. De esta época hay algunas anécdotas curiosas, casi premonitorias, como la que nos cuenta Ramón Arcusa, uno de los componentes del Dúo Dinámico y que con el tiempo terminaría trabajando con Julio. El músico recuerda como estando en Londres para Eurovisión, en abril de 1968 con el La La La que había compuesto para Masiel, un desconocido Julio Iglesias se plantó ante ellos…
RAMÓN ARCUSA
El día antes del Festival… Televisión Española hizo una fiesta en el hotel donde estábamos, en medio de la fiesta vino un chico a vernos, como nos han venido a ver decenas cientos de veces. Dijo: ‘Hola, ¿qué tal? Soy español y estoy aquí estudiando y os voy a decir dos cosas: una, que vais a ganar Eurovisión mañana; y la segunda, es que vais a oír hablar de mí y ese era Julio Iglesias”.
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Otra anécdota nos la cuenta el futbolista José Martínez Sánchez, más conocido como “Pirri” …
JOSÉ MARTÍNEZ SÁNCHEZ - PIRRI
“Nosotros fuimos a jugar un partido a Londres, a Inglaterra, donde él estaba estudiando. Él apareció por el hotel lógicamente para saludar a Grosso, a Velázquez y a De Felipe, porque habían jugado con él. Y mi compañero de habitación era Grosso entonces Julio vino a la habitación, me lo presentaron, estuve hablando con él, muy bien… Entonces yo recuerdo que le dijo a Grosso: mañana vengo con la guitarra. Vino, nos la cantó en la habitación. Era un chico muy agradable, estaba estudiando en Londres pero no era cantante, no había empezado. Entonces, en ese verano, cuando yo iba con mi mujer hacia Ceuta, que es mi ciudad, oigo una noticia en la radio, que dice: Julio Iglesias acaba de ganar el “torneo” de Benidorm cantando tal… y digo ¡coño!, si esta es la canción que me cantó con Grosso en la habitación. Es casualidad, pero fue así,...
LOCUTOR
Julio Iglesias regresó de Londres dispuesto a abrirse un hueco en el mundo de la música con la canción La vida sigue igual. Tocó en las puertas de todas las discográficas y tras varias negativas, conoció a Enrique Martín Garea, un histórico directivo discográfico que había promovido a alguno de los artistas del momento. Suya fue la idea de que Julio Iglesias se presentara al Festival Internacional de la Canción y suyo fue ese empujón que mencionamos al principio, que le hizo salir casi tropezando al escenario. Tras el éxito de Benidorm, Julio Iglesias apareció hasta en el No-Do, el informativo semanal de la época...
Sonido de radio
“La canción premiada se llama La vida sigue igual, su autor es Julio Iglesias, un muchacho que iba para futbolista, pero al que un accidente dejó en la estacada y ahora es abogado y autor de canciones”.
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También grabó en Londres su primer disco; protagonizó una película autobiográfica y viajó a los míticos Festivales de San Remo y Viña del Mar. En ese viaje a Chile, que hace en compañía de su padre por su temor a volar, le piden por primera vez un autógrafo. De esos inicios en la música fue testigo José Ramón Pardo, uno de los periodistas que más sabe de música en España…
JOSÉ RAMÓN PARDO
“Yo conocí a Julio en el año 1968 que fue cuando él debuta. Yo entonces escribía de música en el diario ABC y en la Hoja del lunes y él era uno más de los cantantes nuevos que aparecen en el mercado y que nos presentan sus discos. Reconozco que no me gustaba demasiado, cosa que el mismo Julio me ha recriminado muchos años después…”.
LOCUTOR
Aunque no todos apostaran por él, desde el principio Julio Iglesias tenía algo que gustaba, al menos así lo vio Alfredo Fraile, quien, como hemos comentado, terminaría siendo su manager hasta el año 1984.
ALFREDO FRAILE
Julio tiene ese encanto que dios le ha dado y de alguna forma hacía que a la gente le cayera bien, era educado, correcto, era una cosa diferente encima del escenario, tiene una voz particular cuando lo oyes sabes que es la voz de Julio…. El ser capaz de tener tu sello propio y Julio lo tenía, lo tenía en la voz... y luego en su forma de estar sobre el escenario y fuera del escenario, Julio también tenía mucho encanto cuando bajaba del escenario y la gente se acercaba…
LOCUTOR
Tras el boom de “La vida sigue igual”, la segunda canción conocida de Julio Iglesias fue “Gwendolyne”. Un tema decisivo ya que con él dio el salto internacional en Eurovisión. Pero hagamos un alto, ¿a qué suena el nombre de Gwendolyne?
Esta francesa de ascendencia rusa fue su primer amor después del accidente. Era rubia de ojos claros, simpática, abierta... Gwendolyne tenía 18 años cuando conoció a Julio, de 24. Los dos estudiaban inglés en Cambridge. Su historia de amor fue intensa, como la canción, y tuvo varios capítulos.
Julio voló a Francia con el dinero que ganó en Benidorm para reunirse con ella en el hotel Hilton de un París que ya había vivido su mayo del 68.
España estaba a años luz de aquello, pero Julio quería que Gwendolyne conociera los paisajes de su infancia y juntos viajaron a Galicia. La pareja llegó a fantasear con una boda o con la idea de marcharse a los Estados Unidos, sin embargo, la carrera del cantante no había hecho más que comenzar. La distancia poco a poco se impuso entre ellos, las cartas se espaciaron y las llamadas dejaron de ser diarias, pero ese amor juvenil sirvió para que Julio Iglesias escribiera la canción que le abriría las puertas de toda Europa...
RAMÓN ARCUSA
Una canción bien construida, Julio construye muy bien las canciones desde siempre. Estaba muy bien”
“Siempre que interviene el amor de por medio, el amor real, el amor vivido las canciones que haces son mejores, musicalmente estaba muy bien y la letra correspondía a una canción de amor…”
LOCUTOR
Con este tema, que describe para nosotros Ramón Arcusa, el 21 de marzo de 1970 Julio Iglesias representa a España en Eurovisión, acompañado por el trío La la la y bajo la batuta de Augusto Algueró.
SUENA JULIO IGLESIAS
“And now from Spain, Julio Iglesias. He wrote the song he’s going to sing himself. It’s called Gwendolyne”.
LOCUTOR
En su video de presentación, Julio recorre los lugares emblemáticos de Madrid: La Cibeles, la Plaza Mayor, la Plaza de España y, como no, el Santiago Bernabéu. Aunque en ese momento España tenía un único canal de televisión y era en blanco y negro, Julio Iglesias graba ese vídeo para Europa a todo color.
JOSÉ RAMÓN PARDO
Tenía un defecto que era meterse las manos en los bolsillos. Eso se lo arreglaron en Eurovisión porque le mandaron con un traje sin bolsillos. Entonces empezó a hacer unos gestos: a coger el micro y ponérselo aquí, darse en el pecho, … la verdad es que Julio aprendió a cantar, canta muy bien. Y ha llegado a un nivel absolutamente inimaginable para ningún artista nacional”.
LOCUTOR
José Ramón Pardo es de los que opina que Julio Iglesias perfeccionó su voz y su estilo con el tiempo, pero lo cierto es que ahora, cuando su éxito ya está más que consolidado, pocos recuerdan que con esa actuación no ganó Eurovisión. Lo que obtuvo fue un cuarto puesto, pero la realidad es que consiguió algo que valía mucho más: su canción fue la que más sonó en las radios y televisiones de Europa. Gwendolyne se mantuvo durante nueve semanas consecutivas en el número uno, convirtiéndose en la canción más vendida del año. Un primer éxito de cifras que sería solo el comienzo…
JOSÉ RAMÓN PARDO
“Julio tiene un encanto personal tremendo. Es decir, es capaz de conquistar a un escenario enorme y es capaz de conquistar a cada persona que hable con él, sea hombre o mujer. Tiene una gran empatía con la gente. Y eso le ha servido para todo. Pero sobre todo su capacidad de emocionar a un escenario de 20.000 personas y que cada persona piense que está cantando para él”.
LOCUTOR
Cuando empezaba la década de los setenta, su carrera ya prometía, pero ni él mismo se lo creía. Una muestra es que cuando ¡HOLA! lo entrevistó para la portada con motivo de su inminente boda con una desconocida de nombre Isabel Preysler, él insistió en que era abogado y no cantante. Una vez más el destino tenía otros planes para él, pero primero hay que conocer cómo fue esa boda y cómo se desarrolló un matrimonio que tuvo tres hijos al tiempo que la carrera de Julio Iglesias despegó de forma meteórica.
ESCÚCHANOS PARA CONOCER ESTO Y MUCHO MÁS EN EL SEGUNDO EPISODIO DE NUESTRO PODCAST