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El kimono (着物) es la vestimenta tradicional japonesa, aunque en la actualidad se usa casi exclusivamente en momentos festivos y especiales. Sin embargo, no existe un único tipo de kimono y no todos valen para todas las ocasiones. Por si fuera poco, existen muchos accesorios diferentes para complementarlo.El kimono o vestimenta tradicional japonesa - Japonismo Icono de búsqueda Icono de búsqueda Icono de búsqueda El kimono o vestimenta tradicional japonesa - Japonismo Icono de búsqueda Icono de búsqueda Icono de búsqueda

En este completo artículo vamos a hablar de todos estos tipos de kimonos, su historia y cuándo usar cada uno de ellos. De esta forma, cuando veas a alguien en Japón vistiendo a la manera tradicional, tendrás mucha más información.

Si este tema te interesa y quieres ampliar información y ver kimonos en directo, te recomendamos visitar el centro de kimonos Kaga Yuzen de Kanazawa o el The Costume Museum en Kioto.

Índice de contenidosocultar
1Ropa japonesa frente a ropa occidental
2Breve historia del kimono
3Cómo se hace un kimono
3.1Las partes del kimono
4Tipos de kimono
4.1Tomesode, el kimono más formal
4.2Furisode, para chicas y jóvenes solteras
4.3Homongi o kimono de visita
4.4Tsukesage, un kimono muy versátil
4.5Iromuji o kimono de color único
4.6Shiromuku, el kimono de boda
4.7Komon, un kimono informal
4.8Yukata
5El obi, accesorio para cerrar el kimono
5.1Breve historia del obi
5.2El obi en la actualidad
5.3Tipos de obi
5.4El musubi o lazo del obi
6Vistiendo a la manera tradicional en Japón
6.1Las capas a la hora de vestir kimono
6.2El kimono y los blasones familiares
6.3Un kimono para cada ocasión
7Tejidos del kimono
7.1Sakizome o hilos previamente teñidos
7.2Atozome o teñido tras la confección
8Organización lógica de los tipos de kimono
8.1Kimonos de vida o muerte
8.2Kimonos según el sexo
8.3La estación del año y el kimono
8.4Kimonos para todas las edades
8.5Kimonos según el gusto o clase
8.6Formalidad a la hora de vestir kimono
9Accesorios para vestir un kimono
9.1La chaqueta haori
9.2El abrigo michiyuki
9.3El abrigo dochugi
9.4Otros accesorios para el kimono
10La geisha y el kimono, una vida compartida
10.1El hikizuri, el kimono de las geishas
10.2Ocasiones especiales para vestir kimono de geishas y maikos
10.3Accesorios para maikos y geishas
11La modernización del kimono

Ropa japonesa frente a ropa occidental

Antes de entrar a hablar de los diferentes tipos de kimono hay que hacer una primera aclaración. Y es que en Japón se distingue entre yofuku (洋服), o ropa occidental y wafuku (和服) o ropa japonesa, autóctona. Hoy en día son estos dos términos los que se usan en Japón para distinguir la ropa occidental de la tradicional, no el término «kimono».

De hecho, la palabra japonesa kimono es un término moderno que surge en la Restauración Meiji. Su significado, además, cubre cualquier tipo de vestimenta, algo que puedes comprobar si miramos cómo se escribe en japonés.

Kimono, 着物, es una palabra compuesta por dos ideogramas: 物 (mono), que significa literalmente «cosa», y 着 (ki), abreviatura de kiru que significa «vestir». Por tanto la palabra kimono significa «cosas que se visten» o simple y llanamente, ropa. Pero no te equivoques, porque aunque todo kimono es ropa, no toda la ropa es un kimono.

Cuando los occidentales llegaron a Japón tras la apertura del país, vieron a personas vistiendo estos ropajes. Y les preguntaron por su estilo de vestimenta, al ver lo diferente que era a lo que ellos vestían. Los japoneses contestaron, simplemente, usando la palabra «kimono». Hasta ese momento, no se había acuñado ninguna palabra en Japón para definir su manera tradicional de vestir porque no había sido necesaria.

Breve historia del kimono

Pero aunque la palabra kimono surge durante la Restauración Meiji, la vestimenta tradicional japonesa es un poco más antigua que todo eso. A continuación te contamos brevemente la historia la vestimenta en Japón.

En el periodo Jomon (hasta el siglo III a. e. c.) los japoneses vestían ropas anchas de esparto para protegerse del frío en invierno. Más adelante, ya en el periodo Yamato (siglos III a V e. c.), los japoneses se vieron influenciados por la cultura china en el vestir, como en muchas otras facetas culturales. De esta influencia aprendieron a criar gusanos de seda para luego usar esa seda en la confección de su vestimenta.

Sin embargo, en este periodo aún no había técnicas para teñir los tejidos, por lo que la vestimenta era blanca y de dos piezas separadas, siendo la superior con mangas ajustadas. Los comerciantes chinos introdujeron posteriormente la ropa de estilo hanfu, que al ser de una única pieza se considera que tuvo influencia en el desarrollo del kimono más adelante.

Durante los periodos Asuka y Nara (710-794) los japoneses seguían vistiendo dos piezas bien diferenciadas, pero con diseños más coloridos puesto que ya se conocían técnicas para teñir la seda. A menudo se vestían prendas adicionales en varias capas.

Pero no fue hasta el periodo Heian cuando se desarrolló una nueva técnica para confeccionar estas prendas. Este nuevo método consistía en cortar piezas de tela de forma rectangular que luego se cosían juntas entre sí. De esta forma, los fabricantes de ropa no se tenían que preocupar por la forma del cuerpo de la persona que iba a vestir esa prenda, porque la talla sería estándar para todos. Y precisamente esta técnica es la que se sigue usando en la actualidad para confeccionar un kimono.

Además, en este periodo las mujeres solían vestir una prenda blanca de pequeñas mangas llamada kosode (小袖). El nombre de esta prenda significa «pequeñas mangas» y aunque originalmente era una prenda interior, puede considerarse como precursora del kimono moderno. El kosode se vestía con unos hakama (especie de falda-pantalón) por encima o con una especie de delantal llamado mo.

Naturalmente, estas prendas de corte recto ofrecían muchas ventajas y por eso pronto se impusieron como prenda de uso común. Por un lado, eran muy sencillas de doblar pero además se podían llevar en cualquier estación del año. Si hacía frío, sólo tenías que ponerte más capas para tener calor. Mientras que en verano, podías vestir una única capa y usar tejidos más frescos.

Con el tiempo, y sobre todo en la corte imperial de Kioto, se puso de moda la práctica de vestir kimonos sin forro en varias capas. El número más frecuente de capas era doce y de aquí viene el nombre de esta vestimenta en japonés, jūni-hitoe (十二単衣). Hoy en día en momentos muy ceremoniales aún se usa, como por ejemplo en la entronización del emperador Naruhito en 2019, su esposa, la emperatriz Michiko, vestía un juni-hitoe.

A pesar del gran número de capas todas ellas se podían ver en los extremos de las mangas y en el cuello. Esto hizo que los japoneses empezaran a cuidar la armonía entre los diferentes colores de cada una de esas capas. Estas combinaciones solían representar motivos estacionales o la clase política a la que se pertenecía.

Durante los periodos Kamakura (1192-1338) y Muromachi (1338-1573), tanto los hombres como las mujeres empezaron a llevar ropas de colores muy brillantes. Los guerreros se vestían de colores que representaban a sus líderes, de manera que los campos de batalla se convirtieron casi en un desfile de moda. Pero en esta época de guerras los samuráis no tenían ni tiempo ni paciencia para vestir tantas capas, así que dicha moda cayó en desuso.

Posteriormente, durante el periodo Edo (1603-1868) el clan Tokugawa dividió el país en dominios feudales controlados por señores feudales llamados daimyō. Los samuráis de cada señor feudal, entonces, empezaron a identificarse por los colores y los patrones de sus «uniformes». Estos uniformes tenían tres partes:

Con tanta ropa por confeccionar, la técnica y fabricación de estas prendas acabó convirtiéndose en todo un arte. Así, estas vestimentas pasaron a ser cada vez más valiosas y fue entonces cuando comenzó la actual tradición de dejarlas en herencia de padres a hijos.

Durante la Restauración de Meiji (1868-1912), Japón se vio muy influenciado por la cultura occidental, tras más de dos siglos de aislamiento. Japón quería mirarse con las potencias occidentales de igual a igual y empujó al pueblo a adoptar los hábitos y ropas de corte occidental.

Además, tanto a los miembros del gobierno como los del ejército se les obligó por ley a vestir ropas occidentales en sus funciones oficiales. Todo aquello provocó que el uso del kimono empezara a decaer como prenda de uso cotidiano y que se convirtiera en una prenda sólo para ocasiones especiales.

Durante los primeros años del periodo Showa (1926-1989), en pleno ambiente prebélico, el gobierno restringió la producción de seda subiendo los impuestos asociados para apoyar a la industria militar. Esto hizo que los diseños de los kimonos se volvieran mucho menos complejos.

Tras la Segunda Guerra Mundial y a medida que la economía japonesa se iba recuperando, el kimono se hizo más asequible y se empezó a producir en grandes cantidades. Los nuevos conceptos e ideas sobre la moda que llegaban de Estados Unidos y de Europa afectaron a sus estampados pero la forma de la prenda permaneció inalterable.

Pero en la actualidad los japoneses usan bastante poco el kimono en su vida cotidiana. De hecho, esta prenda se suele reservar para ocasiones especiales como bodas, funerales, ceremonias del té o festivales y eventos especiales.

Pero hay quienes intentan volver a hacerle un hueco en la sociedad. Así, hay clubes de kimono donde sus integrantes visten siempre de esta manera, o actores como Oguri Shun que han vestido kimono para el estreno de alguna de sus películas.

O incluso diseñadores japoneses como Jotaro Saito que usan tejidos como tela vaquera (o dénim) para confeccionar kimonos. Y, aunque estos kimonos especiales no son de uso mayoritario (¡sobre todo por el precio!), se han vuelto un objeto de deseo para muchas japonesas.

Cómo se hace un kimono

El método que se usa para confeccionar un kimono es único. En primer lugar se corta un tan de tela en 8 partes. Un tan es una pieza de tela de 12 a 13 metros de largo y de 36 a 40 centímetros de ancho. Estas ocho partes luego se cosen de forma que se obtiene la forma básica del kimono.

Dos de esas partes se cosen para formar la parte principal del cuerpo, mientras que otras dos se utilizan para las mangas. La anchura necesaria en la parte del kimono bajo el cuello se consigue con otra parte, un poco menos ancha que el resto (normalmente la mitad), y el cuello se consigue con otra parte de la mitad de anchura.

La anchura real de la prenda y de las mangas se ajusta gracias a la forma de hacer las costuras, mientras que la longitud varía, simplemente, escogiendo partes más o menos largas.

En el caso de las geishas o maikos que vistan su peculiar kimono ceremonial, la situación es algo diferente. Y es que en los kimonos que ellas visten se utilizan dos tan de tela en lugar de sólo uno y hasta tres tan para el que visten en los inviernos más fríos. Además, es importante recalcar que en la elaboración del kimono se utiliza absolutamente toda la tela, sin desperdiciar ni un solo centímetro.

Generalmente todos los kimonos se fabrican con seda, pero algunas prendas especiales como el yukata, que se viste en verano, se suelen hacer de algodón. Hoy en día, de todas formas, muchos kimonos se confeccionan con poliéster u otras fibras sintéticas para abaratar el precio.

En cuanto al tamaño, la mayoría de kimonos actuales son de un tamaño estándar, pero históricamente existía una mayor variedad de tamaños. Las medidas más frecuentes hoy en día son:

Las partes del kimono

Un kimono tiene muchas más partes de las que parece y además todas ellas tienen nombre. A continuación te contamos cuáles son.

Por delante tienes las siguientes partes:

Viendo el kimono por detrás tienes las siguientes partes:

La ventaja de confeccionar el kimono con tantas partes es que, si alguna está gastada o necesitamos hacerle algún arreglo, sólo hay que sustituir la parte gastada por una nueva y volver a coserla junto con el resto.

Tipos de kimono

Cuando se decide vestir a la manera tradicional hay que escoger el tipo de kimono para la ocasión. Y luego combinarlo de forma apropiada con el resto de complementos, claro. De hecho, los accesorios y complementos que van bien con un tipo de kimono puede que no vayan bien con otro. Por eso, si quieres tener un buen fondo de armario con kimonos para todas las ocasiones, necesitas también complementos a juego. Y esto dispara el gasto.

Por eso, como hoy en día no se viste a menudo con kimono, las mujeres tienden a invertir en un único tipo de kimono que sirva para el el mayor número de ocasiones posibles. Así sólo tienen que comprar accesorios y complementos para ese kimono, reduciendo el gasto total.

A continuación te explicamos los diferentes tipos de kimono que existen y cuándo se usa cada uno. Aunque son muchos, seguro que cuando veas uno de estos en Japón podrás reconocerlos con mayor facilidad.

Tomesode, el kimono más formal

El tomesode (留袖) es uno de los tipos de kimono que más frecuentemente verás en bodas japonesas. Es, de hecho, el kimono más formal que pueden vestir las mujeres casadas. Pero su alto precio y las pocas ocasiones en las que se viste hace que sea poco frecuente.

Según sus kanji, el primero (留) viene del verbo tomeru (留める) que significa «atar». El segundo (袖, sode) significa «manga». Por tanto, el significado del kimono tomesode es que lleva las mangas atadas. Esto viene de cuando, en el pasado, las mangas más largas del kimono de las mujeres solteras se ataban. De esta forma no molestaban a la hora de hacer las labores domésticas.

Al final, para no tener que atarlas, las mangas se hicieron más cortas cuando estas mujeres pasaban a tener responsabilidades familiares.

La longitud —o caída— de las mangas de un tomesode varía con la edad de la persona que lo viste. Así, la longitud estándar es de 60 centímetros hasta los 30 años. A partir de esa edad, la longitud se va acortando poco a poco con cada década, hasta los 50 años. A partir de 50 años la longitud o caída de las mangas es de 49 centímetros.

Tipos de tomesode y cuándo vestirlos

El tomesode puede ser de dos tipos, negro (llamado entonces kurotomesode) o de color (irotomesode). La única diferencia entre ellos es, precisamente, el color del tejido del kimono. Pero aunque no lo parezca, no es una diferencia pequeña, ya que esa diferencia de color cambia el grado de formalidad del kimono.

Así, el kurotomesode se viste únicamente en ocasiones muy formales. De hecho, su uso solamente está indicado en bodas y sólo para las familiares más cercanas de los novios, como por ejemplo las madres. Este kimono incluye siempre 5 blasones familiares o kamon.

Por otro lado, el irotomesode o tomesode de color también se ve en las bodas. Y pese a su mayor colorido, sigue siendo un kimono muy formal. En este caso, sin embargo, lo visten las amigas de los novios, es decir, personas con una relación no tan cercana. Eso sí, ten en cuenta que hablamos de colores suaves y poco exagerados.

El irotomesode es el kimono más apropiado para una fiesta formal y se puede vestir para asistir a una ceremonia del té, si no tienes otra opción mejor, aunque no es lo más apropiado. Siempre suele incluir blasones, aunque su número puede variar entre 1, 3 y 5.

Cómo distinguir un tomesode

Es bastante sencillo saber si una mujer está vistiendo un tomesode. Para ello, tienes que fijarte en los siguientes aspectos:

Furisode, para chicas y jóvenes solteras

El furisode (振袖) es el kimono formal para chicas y jóvenes solteras y, por tanto, equivalente al tomesode. Su característica principal, además de su gran colorido, es la gran longitud de la caída de las mangas. Si miras los kanji, el primero (振, furi) significa «movimiento, aleteo», mientras que el segundo, como ya hemos contado, significa «mangas».

Así, se decía que una muchacha podía atrapar el corazón de un hombre en las largas mangas de este kimono si las movía con gracia.

El furisode cuenta también con diseños de patrones brillantes, coloridos y muy llamativos. Y al contrario que en el kimono anterior, aquí estos diseños cobren todo el kimono.

Tipos de furisode y cuándo vestirlos

Existen tres tipos de furisode, según sea lala longitud de la caída de las mangas:

Cualquier kimono de tipo furisode se viste en las ocasiones más especiales y formales en las que participan chicas y jóvenes solteras. Por ejemplo en festividades como Año Nuevo, en la celebración de una boda (si son familia de la novia y siguen solteras), en la primera ceremonia de té del año, etc. No son, por tanto, adecuados para situaciones de menor formalidad, porque parecía que vas demasiado elegante.

Hoy por hoy, las únicas personas que visten este tipo de kimonos de forma regular son las maikos, las aprendizas de geisha. En su caso, el furisode que visten es un poco diferente porque su parte baja es más larga y arrastra. Por eso cuando caminan sujetan la parte sobrante de la tela con una mano, mostrando el kimono interior en el proceso.

Los accesorios que acompañan al kimono de tipo furisode tienen que aportar colorido al conjunto. Por ejemplo, un kimono interior decorado con la técnica shibori o pintando con plantilla con técnica katazome, que contraste con el color del kimono.

En cuanto al obi, es de colores brillantes y de estilo fukuro. Además se lleva un obi-age de seda decorada con shibori que muestre una parte importante del mismo por encima del obi (cosa que no hacen las mujeres casadas). El conjunto se completa con unas sandalias zori con un brocado dorado, de plata enrojecida o rojo.

Cómo distinguir un furisode

Distinguir el furisode es muy fácil gracias a sus características únicas. Sólo tienes que fijarte si las mangas tienen una gran caída que llegue casi a los tobillos. En ese caso estás ante un kimono de tipo furisode, sin lugar a dudas.

De hecho, no hay ningún otro tipo de kimono que tenga esa misma longitud de mangas. Es un curioso contraste con la complejidad que hay para distinguir el resto de kimonos. Porque los demás tienen todos la misma longitud de manga, pero estilos muy diversos.

Homongi o kimono de visita

El hōmongi (訪問着, «ropa de visita») es uno de los kimonos más versátiles que hay, ya que sirve para un gran número de ocasiones. Y es formal, pero no tanto como para que parezca que vas demasiado elegante.

Solía ser el tipo de kimono más típico para cuando se visita a alguien, de ahí su nombre.

Este tipo de kimono tiene mangas con poca caída y puedes encontrarlo en cualquier color. Aunque era de los más usados por su versatilidad, recientemente ha empezado a dejar paso al kimono de tipo iromuji con blasones como vestimenta cotidiana. Más que nada porque este otro tipo de kimono también es muy versátil y, sin embargo, más barato.

Hoy en día lo normal es que este kimono no tenga blasones. Hace tiempo, cuando era algo más frecuente vestir de kimono, un homongi sin blasones era algo impensable. Y es que este kimono se usaba en ocasiones bastante formales.

Pero a partir de las décadas de 1960 y 1970 se empezó a usar para un mayor número de ocasiones, que ya no requerían un grado tan alto de formalidad. De hecho, si buscas alguna web online de venta de kimonos verás que todos sus homongi con blasones son antiguos.

Cuándo vestir un homongi

Este kimono es semiformal aunque si se le añaden blasones familiares se puede utilizar en ocasiones formales. Pero como decíamos, cada vez es menos frecuente ver blasones en este tipo de kimonos, salvo que sea antiguo.

Así, un homongi formal con blasones resulta incluso ligeramente excesivo, como por ejemplo para ir a ver teatro o conciertos, que no son ocasiones tan formales.

Además de visitas, teatro o conciertos, otra ocasión para vestir homongi es una boda y su posterior banquete. En este caso, las amigas de la novia a menudo llevarán este tipo de kimono. Y es que necesitan vestir algo formal pero sin llegar al extremo de las familiares directas.

Para una cena importante también se puede vestir este tipo de kimono. Pero para quedar a comer, que suele ser algo menos formal que una cena, un homongi con blasones está desaconsejado. Uno semiformal, sin blasones, sería aceptable aunque, de nuevo, no es la mejor opción.

También puedes ver kimonos de tipo homongi en reuniones alrededor de una ceremonia del té, en exhibiciones de arreglo floral o ikebana, en algunas celebraciones de Año Nuevo, etc. Es, además, el tipo de kimono más usado por las geishas para asistir a los banquetes cuando no tienen que ir maquilladas de forma especial. En este caso, ellas sí los suelen vestir con blasones.

Cómo distinguir un kimono homongi

Este kimono se caracteriza por llevar diseños o patrones teñidos en la parte baja así como las mangas y espalda, llegando hasta los hombros. La principal diferencia con otros kimonos con diseños y patrones dibujados sobre la tela es que en este caso, el patrón es asimétrico y continuado sobre las costuras.

Los kimonos tienen una serie de costuras entre las diferentes secciones de la tela que lo componen, como ya explicábamos. En el caso del homongi se utiliza un tipo de patrón llamado eba. Este tipo de patrón supone que los dibujos continúan entre dos secciones de tela separadas por una costura.

Esto hace que resulte más complejo de hacer que cuando los dibujos son independientes y están circunscritos a una única sección de la tela, sin tocar ninguna costura. Por eso, este tipo de patrón hace que el kimono sea más elegante pero también lo encarece al aumentar su complejidad.

Cómo complementar un homongi

Un kimono de este tipo normalmente se acompaña con un obi de estilo fukuro o incluso maru, que son los más formales. En cuanto al obi-jime, lo más normal es que sea de tipo kumihimo en oro o plata o un brocado de Saga-Nishiki.

Por otra parte, el obi-age será coloreado usando la técnica de teñido del shibori o de seda de tipo rinzu. Ésta es una forma de tratar la seda en la que se utilizan diferentes tipos de hilo para la urdimbre y la trama, creando patrones que casi parecen un brocado. Ni que decir tiene que este tipo de seda requiere de una gran destreza, lo que hace que sea muy cara.

Tsukesage, un kimono muy versátil

El tsukesage (付け下げ), al igual que el homongi, es uno de los kimonos más usados en Japón.

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Como en otros kimonos de los que hemos hablado, las mangas tienen poca caída y también puedes encontrarlos de cualquier color. El tejido base suele ser de seda de tipo rinzu o de tipo chirimen (un crepé de seda).

Pero a pesar de su popularidad, le ocurre como al homongi, que está dejando paso al iromuji como vestimenta de día a día para cubrir el mayor número de ocasiones posibles.

Este kimono surgió en la década de 1930 como una evolución más barata y menos extravagante que el homongi. Por eso no es de extrañar que tenga tanto en común con él.

Cuándo vestir un kimono tsukesage

El tsukesage es un kimono semi-formal cuando no lleva blasones familiares, que es la forma más normal en la que lo verás.

Sin embargo, a veces puedes encontrar alguno con blasones, convirtiéndolo en un poco más formal. De llevar blasones, tendrá uno en la espalda. Alguna vez se puede llegar a ver alguno con 3 blasones, pero es muy poco frecuente.

Este tipo de kimono se puede vestir en un banquete de bodas, en fiestas formales e informales, en cenas, en ceremonias de graduación, cuando vas al teatro o similar, etc. Sin embargo, para almuerzos resultaría excesivamente formal. Como puedes ver, el tsukesage es uno de los kimonos más versátiles que existen porque prácticamente encaja en casi cualquier situación.

Para acompañar a este kimono se suele escoger un obi de estilo fukuro o Nagoya. En este caso, por ejemplo, nunca se complementa con un obi de tipo maru-obi, el más formal que hay, como ocurría con el kimono homongi.

Cómo distinguir un kimono tsukesage

Distinguir entre un tsukesage y un homongi es una de las tareas más difíciles para el ojo no entrenado. Y es que, como decíamos, uno es la evolución del otro y ambos se usan prácticamente en las mismas situaciones.

En este caso, el kimono tsukesage también tiene diseños o patrones teñidos en su parte baja así como en las mangas y espalda, llegando hasta los hombros. Lo más normal es que veas diseños y patrones en la parte trasera de la manga derecha. Por delante, los diseños los verás en la parte frontal de la manga izquierda.

Pero a diferencia del homongi, estos dibujos que hay en cada segmento de tejido son independientes del resto y no se continúan sobre las costuras. Esto hace que sea mucho más sencillo dibujar estos patrones sobre la tela. Y es que no hay que tener cuidado para que el dibujo tenga continuidad cuando se cosan las diferentes piezas del kimono. Y como es más sencillo, también es más barato.

Kimonos híbridos entre tsukesage y homongi

A menudo es fácil caer en la tentación de pensar que, como el kimono es la vestimenta tradicional japonesa, no sufre variaciones y permanece inmutable al paso del tiempo. Pero lo cierto es que el kimono es una moda viva, aunque al ser utilizado por pocas mujeres y en pocas ocasiones, las variaciones son más lentas.

Una prueba de esto son los kimonos híbridos entre el tsukesage y el homongi, que se situarían en un escalón de formalidad intermedio entre ambos. Los puedes distinguir porque en su parte baja los diseños se continúan por encima de las costuras, como todo buen homongi. Pero si te fijas en las mangas, los diseños allí son independientes entre sí, como en un tsukesage.

Iromuji o kimono de color único

El kimono de tipo iromuji (色無地) se caracteriza por ser de un único color (que es lo que indica su nombre (iro significa «color»).

Además, tampoco lleva ningún diseño teñido sobre el tejido. Tan sólo el propio patrón del material con el que esté fabricado. Estos kimonos suelen estar confeccionados de raso (rinzu), crepé (chirimen) o tsumugi teñido en un único color distinto del negro.

A pesar de esto, este tipo de kimono es válido para cualquier situación formal. De hecho es el que se usa en todas las ceremonias que marcan un cambio en la vida de una persona. Así, en un funeral se usa el iromuji negro de luto, llamado mofuku.

Mofuku o kimono de luto

El mofuku (喪服), como decíamos, es un kimono iromuji de luto que se utiliza en funerales o en servicios religiosos en recuerdo a los fallecidos. Su principal característica es que es totalmente negro y lleva cinco blasones.

Tanto las mujeres casadas como las solteras pueden vestir este tipo de kimono combinado con un obi y accesorios negros. Pero lo más normal es que sólo lo vistan así las mujeres de la familia cercana del fallecido. El resto llevarán kimonos en colores apagados con el obi, obi-jime y obi-age negros. A veces, incluso, se limita el color negro sólo al obi-age y al obi-jime.

Shiromuku, el kimono de boda

El shiromuku (白無垢), cuya traducción literal sería «blanco puro», es el kimono usado en las bodas. En realidad es un uchikake de color blanco, con el dobladillo acolchado.

El uso del color blanco simboliza los rayos del sol y la diosa del sol, Amaterasu, la principal de la mitología japonesa. Realmente es un kimono impresionante, porque no sólo el kimono es blanco, sino que también lo son todos los accesorios y complementos.

Además de esto, el atuendo nupcial se completa con una capucha blanca llamada wataboshi (綿帽子), con un significado parecido al velo en bodas occidentales. Esta capucha sólo se viste cuando la novia lleva el shiromuku y al aire libre. Así que nunca la verás con kimonos de color o durante el banquete.

Además de esto la novia también lleva el tsunokakushi (角隠し) en la cabeza. Su significado es «esconder los cuernos» y representa la amabilidad y obediencia de la novia al novio. Estos cuernos, según la tradición, le crecían a la mujer cuando se volvía celosa y se convertía en un demonio.

Durante el banquete la novia usa un uchikake (打 掛). En realidad, es un kimono abierto generalmente de color rojo y con un brocado de seda con motivos finamente dibujados que se viste por encima del kimono blanco.

Komon, un kimono informal

El kimono de tipo komon (小紋) es un kimono generalmente informal, caracterizado por un pequeño patrón repetido por todo el kimono. De hecho esto es lo que significa su nombre en japonés, «pequeño patrón».

Puede vestirse para el día a día o, junto con un obi bonito, para ir a un restaurante. Y este tipo de kimono pueden llevarlo tanto las mujeres casadas como las solteras, con la única diferencia en la longitud de las mangas.

El obi y el resto de los accesorios dependen de la situación para la que se vista el komon. Así, puedes usar un fukuro-obi con un komon de calidad. O puedes usar un Nagoya-obi como ropa informal, aunque también se puede usar el estilo hanhaba-obi para darle un toque personal.

Hay un tipo especial de kimono komon llamado Edo komon (江 戸小紋), que se caracteriza por pequeños puntos de color organizados formando diseños más grandes. La técnica de teñido de este kimono se originó entre los samuráis del periodo Edo.

Un kimono de este tipo tiene el mismo grado de formalidad que un iromuji, y si llevara un blasón, podría usarse como prenda de visita, equivalente, entonces, a un tsukesage o hasta a un hōmongi.

Yukata

El yukata es una prenda a la que a menudo se llama «kimono de verano». En realidad no es un kimono sino una prenda sin forro hecha de algodón u otras fibras vegetales, que se utiliza en las estaciones del año más calurosas. De hecho, existen kimonos con tejidos sin forro y muy vaporosos que sí se usan en verano.

El yukata en japonés significa «ropa de baño» (ゆかた). De hecho, originalmente era una prenda con forro que vestían los nobles japoneses de la corte tras tomar un baño. Luego fueron los samuráis los que empezaron a usarlo y, finalmente, el resto de la población. Y, por supuesto, para más ocasiones que tras salir del baño.

Hoy en día es frecuente ver los yukata en alojamientos japoneses de estilo tradicional o ryokan. Estos hoteles tradicionales ofrecen yukata a sus huéspedes para que los vistan mientras se alojan allí.

En el Japón moderno, por tanto, el yukata se ha convertido en una prenda de uso diario en verano con una gran variedad de colores. Además se viste sin kimono interior debajo.

Los colores más clásicos son el blanco y el azul, generalmente teñidos con la técnica katazome. Pero existen modelos modernos en cualquier color que puedas imaginar, para todos los gustos.

Con el yukata se usa un obi de estilo hanhaba, la mitad de ancho de un obi normal. Gracias a esto es mucho más cómodo a la hora de atarlo y no necesita tanto esfuerzo como en el caso del kimono.

Como esta prenda es tan informal, no suele requerir llevar obi-age u obi-jime, aunque se puede usar si quieres ir un poco más elegante. Como calzado se usan las sandalias geta de madera, sin calcetines tabi.

El obi, accesorio para cerrar el kimono

El obi (帯) es el equivalente japonés de un cinturón y se necesita para vestir al estilo tradicional, ya sea con kimono o yukata.

Su función es la de mantener el kimono en su sitio y cerrar correctamente la parte delantera. Además, como elemento estético, es impensable concebir la vestimenta tradicional japonesa sin él. Y no en vano, la elección de kimono influye automáticamente en el obi que se usará.

Breve historia del obi

La historia del obi como un elemento decorativo a la hora de vestir el kimono data de principios del periodo Edo (1603-1867). Hasta finales del periodo Momoyama, en 1603, el obi era un cordón fino. No era más que una tela que se enrollaba alrededor del kimono y cuya única función era práctica: evitar que éste se abriera.

Entonces, tanto hombres como mujeres ataban sus obi al frente, a la espalda o incluso a un lado, según el gusto personal de cada uno y las modas de la época.

Sin embargo, a partir de mediados del periodo Edo el kosode tomó la forma que tiene la vestimenta tradicional japonesa hoy en día. Entonces el obi empezó a ensancharse y, con ello, su importancia como elemento estético dentro del conjunto empezó a hacerse más vital. En aquellos momentos la moda cambió y el obi pasó a ser atado al frente, como aquellos que se mostraban en los grabados ukiyo-e.

La leyenda dice que el obi se ensanchó tanto durante ese periodo porque un famoso onnagata (actor de kabuki especializado en interpretar papeles femeninos) de la época, al ser muy alto, necesitaba un obi muy ancho para parecer más bajo de lo que realmente era.

Otra de las explicaciones que se dan fue que al crecer la longitud de las mangas y colgar casi hasta los tobillos, el obi estrecho que se utilizaba entonces quedaba ridículo. Por tanto, tuvo que ensancharse para que el conjunto siguiera manteniendo la estética y la proporción.

Asimismo, fue a finales del periodo Edo cuando el estilo de atar el obi volvió a cambiar. Entonces fue cuando empezó a ser común que las mujeres solteras lo ataran a la espalda y las casadas al frente. Aunque poco después todas las mujeres pasarían a atárselo a la espalda. Estos cambios se debieron a la incomodidad que suponía llevar obi y lazos cada vez más anchos atados al frente.

Como curiosidad, las geishas siempre se ataron el obi a la espalda. Era una forma de distinguirse, entre otras, de las cortesanas de los barrios de placer, que se ataban el obi siempre al frente.

El obi en la actualidad

El obi, al igual que el kimono, puede ser de dos tipos. Por un lado de tela blanca posteriormente teñida o de tela confeccionada con hilos de color. Y de nuevo, al igual que el kimono, puede llevar forro o no. Si lo tiene es de tipo awase y si no, de tipo hitoe en el segundo. Exactamente la misma terminología que para el kimono.

La gran mayoría de los obi producidos hoy en día en Japón provienen del distrito Nishijin en pleno centro de Kioto. Este distrito es, desde el siglo XV, uno de los principales centros de la industria textil japonesa.

Los bordados de alta calidad producidos allí se conocen como nishiki, que significa «bella combinación de color». Estos bordados se caracterizan por el uso de hilos de oro y plata para realizar figuras de flores, pájaros u otros diseños geométricos tradicionales. Además del obi de tipo nishiki, otro estilo de obi producido en Nishijin es el tsuzure o tapiz. Estos dos tipos de obi son los más decorados y caros que existen.

El obi, por si fuera poco, tiene que ser de un color que complemente al del kimono. Este efecto puede venir de la mano de colores completamente diferentes al del kimono, por supuesto, siempre que sean armoniosos. Porque esta prenda es una parte importantísima en el conjunto, al cubrir prácticamente todo el abdomen. El patrón o diseño del obi también tiene que ir en consonancia con el kimono escogido, aunque sean diseños completamente diferentes.

Atarse un obi es también una tarea complicada, casi más que vestir un kimono. Y, desde luego, es algo que en muchos casos no puede hacerse en solitario. Además, para que el obi tenga una apariencia perfecta, se suelen usar accesorios que ayudan a que quede perfecto, lo que complica aún más todo el proceso de vestirse.

Tipos de obi

No todos los kimonos aceptan el mismo tipo de obi, ya que no todas las combinaciones son igualmente válidas. Así, en Japón existe una gran variedad de obi con diferentes grados de formalidad.

En la siguiente tabla tienes un resumen de los tipos más importantes de obi y las ocasiones en las que se visten. Las anchuras son genéricas, aunque a veces pueden variar un centímetro o incluso dos.

El musubi o lazo del obi

Los musubi, término japonés para «lazo», tienen en Japón un significado que va más allá de la mera dificultad técnica. El motivo es que esta palabra se escribe a menudo con los caracteres de «espíritu viviente», al considerar que buenos espíritus habitaban los lazos.

En el pasado, de hecho, se entregaban lazos como prenda de amor o incluso como amuleto contra los malos espíritus. Hoy en día todavía se utiliza esta palabra para denominar algunos amuletos que se venden en los templos.

Se dice que existen unas quinientas formas diferentes de atarse un lazo de obi. La versatilidad de este elemento es impresionante, como puedes ver.

Cuando el obi empezó a ser considerado desde un punto de vista estético y no sólo práctico, uno de los primeros lazos anchos que se usaron fue el darari-musubi. Este tipo de lazo era flojo y muy grande y lo usaban los actores de kabuki y las cortesanas cuando usaban un kimono del tipo furisode. Hoy en día este lazo sólo lo usan las maikos.

El resto de mujeres, que incluye geishas y maikos cuando no están trabajando, suelen usar uno de los cuatro lazos siguientes, que son los más comunes actualmente:

El lazo taiko o de tambor es el más común de todos. Su nombre, al contrario de lo que parece, no viene porque tenga forma de tambor, sino por el puente Taiko de Tokio. Cuando se inauguró el puente, las geishas invitadas a esta ceremonia asistieron con un nuevo tipo de lazo, que asemejaba la forma abombada del puente

Aunque puede lucirlo cualquier mujer, el lazo taiko ser más frecuente en mujeres casadas y ocasiones formales. Existen muchas variaciones de este lazo, que permiten distinguir el estado civil de la mujer que lo viste.

Entre ellas, por ejemplo, está el nijū-daiko, que significa «doble lazo de tambor» y que sólo lo visten mujeres casadas en ciertas ocasiones ceremoniales. Este lazo tiene, además, un significado figurado de multiplicar por dos la propia felicidad.

En cuanto al lazo bunko o de caja, está inspirado en la forma que tienen varios libros cuando se atan con un cordel para sujetarlos. Hoy en día se utiliza normalmente con el yukata, aunque tradicionalmente lo vestían las mujeres solteras en ocasiones especiales.

El lazo kai no kuchi o boca de concha es similar al estilo masculino de atarse el obi. Pero generalmente sólo lo lucen las mujeres ya mayores cuando visten informalmente. No suele gustar mucho entre las chicas jóvenes debido a su forma plana en la espalda.

Finalmente, el lazo otateya o de flecha es un lazo complicado que siempre visten las novias. Aunque también es frecuente verlo en chicas solteras en ocasiones formales. Suele ir junto con un kimono de tipo furisode y su origen está en los carcaj de flechas que llevaban los soldados de antaño.

Eso sí, que estos sean los cuatro tipos de lazos más típicos no significa que todo esté escrito y codificado. De hecho, el lazo, como elemento de moda, está sujeto a cambios, innovaciones y adaptaciones. Así, es frecuente ver tipos de lazos extraños y sorprendentes, especialmente en verano, cuando las mujeres llevan yukata e intentan darle un toque innovador con su lazo.

Además de los lazos, hay numerosos accesorios a la hora de vestir obi. Los más conocidos son el obi-age (un pañuelo largo que sirve para mantener el obi en su sitio), el obi-jime (cuerdas que sujetan y decoran el obi) y el obi-dome (broches decorativos para el obi).

Vistiendo a la manera tradicional en Japón

Existen muchísimos tipos de kimonos, con detalles que pueden hacer referencia a la región en la que se confeccionaron, a la edad de la persona que lo lleva, a la ocasión en la que se viste, a la estación del año, etc. Realmente es un mundo muy complejo que requiere un estudio detallado y concienzudo para conocerlo en profundidad.

La modernización de Japón trajo grandes cambios al mundo del kimono y sus accesorios. Un kimono estaba diseñado para un tipo de mujer de cintura ancha, caderas estrechas y poco pecho. Además, acentuaba las partes del cuerpo femenino que el estándar japonés consideraba las más sensuales: el cuello, los tobillos y las caderas.

Hoy en día, sin embargo, se prefieren las caderas anchas, la cintura estrecha y largas piernas así como un pecho voluminoso, justamente lo que el kimono esconde. Este hecho, combinado con el mayor uso de mobiliario occidental, hace que los kimonos cada vez se vean menos por la calle. Eso sí, en ocasiones formales, las mujeres japonesas siguen vistiendo kimono. Fuera de esto, sólo las geishas y maikos mantienen la costumbre de vestir kimono a diario.

Y uno de los motivos por el que sólo las geishas visten kimono de forma frecuente es su elevado precio. Aunque existen kimonos baratos, los de seda y pintados a mano son una obra de artesanía y muy caros.

Pocas mujeres pueden permitirse un fondo de armario compuesto de estos kimonos para vestir de forma cotidiana. Las geishas lo hacen porque, para ellas, es una herramienta más en su trabajo.

En cualquier caso, un kimono es una gran inversión. Nunca pasa de moda y apenas necesita modificaciones cuando el paso de los años se deja notar. De esta manera, los kimonos de seda y pintados a mano se heredan de generación en generación.

Las capas a la hora de vestir kimono

Un kimono, pese a las apariencias, es una prenda compleja de vestir, debido a que el conjunto completo consta de varias capas. Hoy en día, al menos, ya no se visten 12 capas como en el periodo Heian. Lo normal es que haya dos o tres capas, que deben vestirse una a una y sin que pueda haber la más mínima arruga a la vista.

En primer lugar está, por supuesto, la ropa interior. En el pasado, sin embargo, no se llevaba ropa interior cuando se vestía kimono. En su lugar se llevaba alrededor de la cintura una pieza de tela larga y fina llamada koshimaki.

Los puristas, de hecho, siguen defendiendo la idea de que un kimono no debe vestirse con ropa interior occidental. Pero la mayoría de la gente considera la ropa interior occidental más cómoda e higiénica que el koshimaki.

El siguiente paso es vestir el hadajuban o camisa interior, junto con el susoyoke o falda interior. A veces, sin embargo, estas dos prendas se sustituyen por una única prenda larga que se coloca por encima de la ropa interior.

En tercer lugar está el kimono interior o nagajuban. Suele ser de un color que combine bien con el kimono, ya que el nagajuban se puede ver en la zona de las mangas y en el cuello. En el caso de las geishas y maikos no se combina. Así, las geishas suelen llevar siempre un kimono interior en tonos rosas, mientras que las maikos lo llevan en tonos rojos con estampado floral en blanco. Esto es así independientemente del tipo de kimono que vistan.

El nagajuban se cierra como el kimono, con el lado izquierdo sobre el derecho. Y para que no se abra y se mantenga en su sitio se usan unas cuerdas llamadas koshi-himo. Luego por encima de estas cuerdas se ata con un lazo llamado date-jime. En este momento es cuando se puede vestir el kimono propiamente dicho y colocar el obi.

Otros elementos esenciales que se visten con el kimono son el han-eri (o «medio cuello»), que es un cuello falso que se coloca sobre la parte trasera del cuello del kimono interior. Su propósito es solamente estético, para recordar tiempos pasados cuando se vestían muchas más capas visibles. Otro elemento importante son los tabi o calcetines con separación para el dedo gordo, que suelen ser de color blanco.

Conseguir que todo funcione a la perfección es una tarea titánica. Primero hay que conseguir que las capas queden perfectamente alineadas y sin arrugas. Luego, que la forma de V del cuello que forman el kimono y el kimono interior quede perfecta.

Entonces tienes que fijarte en que la parte posterior del kimono quede un poco holgada para que se muestre la nuca ligeramente. Asimismo, hay que conseguir que se muestre la cantidad justa de tela del obi-age y, finalmente, que el obi tenga un lazo perfecto que cuelgue de la manera deseada.

Toda esta complejidad es algo que hoy en día escapa a las habilidades de la mayoría de los japoneses. Por eso han surgido escuelas de kitsuke para aprender a vestir kimono, donde se explica todo esto y mucho más. Sólo las geishas tienen la práctica y la elegancia o iki necesarios como para vestir un kimono a la perfección.

El kimono y los blasones familiares

En Japón todas las familias tienen su propio blasón o escudo familiar, llamado kamon en japonés. No es algo exclusivo de clases altas o de familias de ascendencia samurái, ya que existe un registro llamando Monten que recoge 4590 blasones diferentes. Su uso está muy extendido y aparece en todos los kimonos formales tanto de hombres como de mujeres.

La costumbre de marcar los kimonos con el blasón se remonta al periodo Heian, cuando los nobles y la corte imperial comenzaron a usar estos símbolos. Más adelante, en la época feudal japonesa, sólo la familia imperial, los nobles y los samuráis podían hacer uso de dichos símbolos. En estos casos, se usaban para decorar estandartes y así distinguir a las diferentes familias en la batalla.

A finales del siglo XVII, sin embargo, está costumbre se relajó y el uso de los kamon comenzó a extenderse. Fue entonces cuando aparecieron los primeros kimonos decorados con estos motivos, para darles un mayor grado de formalidad.

Hoy en día, cuando los japoneses quieren vestir de etiqueta o de manera formal, siguen usando los blasones familiares.

Las maikos y geishas no son una excepción, ya que una maiko o geisha llevará el blasón de su okiya mientras que las geishas independientes llevarán el suyo propio.

Los diferentes hanamachi o barrios de geishas también tienen sus kamon, que puedes ver decorando lámparas de papel, carteles y cortinas noren de entrada a los establecimientos, entre otros.

Un kimono para cada ocasión

Existen una serie de eventos o situaciones en las que tradicionalmente se viste a la manera tradicional. Y son una gran excusa para poder mostrar las carísimas inversiones realizadas en este tipo de prendas. Aunque son tan caras que a veces se acaban alquilando, como suele pasar en otros países con prendas que no son de uso frecuente como el chaqué o el esmoquin (tuxedo).

La primera de estas ocasiones es el nacimiento de un niño, cuando se lleva al recién nacido a un santuario sintoísta para pedir que tenga una vida con buena fortuna.

Para tal ocasión se viste un kimono con símbolos propicios de buena suerte, aunque obviamente el pequeño no viste un kimono de verdad. Porque por pequeño que fuera el kimino, seguiría siendo demasiado grande para él.

La madre del pequeño viste un kimono del tipo kurotomesode, del que ya hemos hablado. Este tipo de kimono lo seguirá vistiendo en todas las ocasiones y ceremonias importantes en las que participe su hijo.

Otra ocasión importante para lucir kimono tiene lugar el mes de noviembre, durante la celebración del Shichi-go-san. Esta festividad está dedicada a los niños que ese año cumplen tres o siete años y a las niñas que cumplen tres o cinco años.

Los pequeños acuden a un santuario sintoísta para pedir protección a los kami y que les permitan crecer sanos. Tanto niños como niñas visten kimonos de colores alegres y estilos tradicionales.

Finalmente, al cumplir 20 años hay otra ocasión importante para vestir kimono, en la festividad del Seijin-no-hi o día del paso a la edad adulta. Esta festividad tiene lugar cada año a principios de enero y en ella los jóvenes visitan un santuario sintoísta. Si te acercas a alguno podrás ver, además, cómo las chicas visten por primera vez un kimono de tipo furisode.

Para el resto de situaciones más o menos festivas y formales que se dan en la vida de cualquier persona —fiestas, funerales, bodas, etc.— también se viste kimono. Aunque no todos los tipos de kimono son igualmente válidos para todas las ocasiones. Al final, la elección del kimono apropiado varía en función de la edad, sexo, estación del año y otras variables.

A continuación te mostramos una tabla en la que resumimos la elección de cada prenda según cada una de estas ocasiones:

Tejidos del kimono

Los tejidos son uno de los mayores tesoros en la tradición japonesa de artesanía hecha a mano. Las técnicas japonesas de tejido y teñido fueron originalmente importadas de China y Corea, cuando en el siglo VIII Japón recibió como tributo de estos dos países varios rollos de seda.

Los japoneses, ávidos de conocimientos y de curiosidad, estudiaron a fondo estos ofrecimientos y comenzaron a producir sus propios tejidos.

Los kimonos y obi formales han sido tradicionalmente de seda, de brocado de seda, de crepé como el chirimen o de raso como el rinzu. Pero estos tejidos siempre han tenido altísimos costes de producción.

Precisamente por eso y por la falta de profesionales lo bastante preparados, junto con la crisis económica, la industria del kimono se ha intentado adaptar produciendo kimonos algo más informales y fáciles de cuidar. Hoy, por tanto, la mayoría de los kimonos son de rayón, algodón, satén, poliéster u otras fibras sintéticas.

De todas formas, sigue habiendo telas de kimono hechas a mano, pero esto encarece el precio del producto final. Por eso, lo más normal es que las telas se hagan con máquinas para abaratar costes y así poder ofrecer kimonos a precios más asequibles.

Todos los kimonos comparten una forma común, pero sea cual sea el material utilizado, se diferencian claramente en cuanto a la forma de incluir los patrones o diseños.

Los que basan sus diseños en hilos teñidos antes de ser tejidos se denominan sakizome (先染め) y generalmente llevan patrones geométricos. Por el contrario, aquellos que se tiñen después de ser tejidos se conocen como atozome (後染 め), y suelen tener diseños de estilos más alegres.

Y no podemos decir cuál de las dos es mejor, puesto que ambas técnicas tienen sus ventajas e inconvenientes. La ventaja de la tela tejida con hilos de color es que el kimono tiene color por ambos lados. Así, si la tela se desgasta por un lado puedes darle la vuelta a la tela y usar el lado contrario. La ventaja de la tela teñida es que, si el color se difumina, puedes volver a teñir y darle de nuevo color a la tela.

En cuanto a la disposición de los patrones, esto es algo que ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Hoy en día la asimetría prevalece por lo que básicamente sólo verás simetría en el kimono de tipo komon. La asimetría es una constante peculiar de la estética japonesa, pues evoca el movimiento, el dinamismo, mientras que la simetría implica estatismo.

Sakizome o hilos previamente teñidos

Sakizome, según sus kanji, está compuesto por saki, que significa «primero, antes» y someru, que significa «teñir». Por eso este tipo de kimono es el que está tejido con hilos previamente teñidos.

Los diseños de estos kimonos son simétricos o geométricos, como bandas de color, cuadros o bien un patrón de manchas conocido como kasuri. Se dividen tradicionalmente según el tipo de tejido usado:

Una de las técnicas de tejido más conocidas dentro de este grupo es la del tsumugi. Es un tipo muy popular en casi todas las prefecturas japonesas, que tienen todas su tipo especial de tela de este tipo. Este tejido está hecho de seda cruda hilada que luego se tiñe y posteriormente se teje. Se caracteriza porque se hace a mano y el grosor de los hilos no es constante, quedando un aspecto no uniforme.

El tsumugi se originó con granjeros que deseaban utilizar los capullos de seda que sobraban después de haber vendido la mejor seda. Estos granjeros recogían el cadarzo de estos capullos, lo hilaban (tsumugu) a mano y tejían kimonos para ellos y para sus familias. Así, los kimonos hechos de este tipo de tejido son cálidos y cómodos y tienen un toque rústico y hogareño.

Este tipo de tejido para kimono es especialmente válido para vestir en casa o en reuniones informales, nunca para ocasiones formales. Y eso a pesar de lo único de su proceso de fabricación que hace que sea un kimono muy caro.

Los kimonos de tipo tsumugi se van adaptando poco a poco a la persona que lo viste, porque antes del proceso de tejido se aplica almidón al hilo para hacerlo más suave y evitar que luego se suelte. Cuando se viste este kimono por primera vez, el almidón hace que esté bastante rígido, pero según pasa el tiempo se va desprendiendo del vestido con lo que acaba siendo una prenda muy cómoda.

Bandas, cuadros y patrones de manchas kasuri son los principales diseños usados con kimonos tsumugi. Sin embargo, es el patrón kasuri el que produce los diseños más coloridos y creativos para este tipo de kimonos.

Otro tejido bastante típico dentro de este grupo es el kasuri, un tejido especial que se fabrica en la zona de Kurume, al sur de Japón. En el sudeste asiático se conoce como ikat, que en indonesio significa «ata y aguanta».

Este tipo de telas se consiguen escogiendo selectivamente partes de la urdimbre o hilos de la trama, o incluso ambos, que posteriormente se atan y se tiñen, antes de que la teja se teja, lo que lo convierte en un proceso muy trabajoso.

Tanto si se hace para seda como si se hace para algodón, los hilos se estiran sobre un telar, luego las zonas seleccionadas se atan y posteriormente las madejas de hilos se sumergen en las cubas de tintes.

Sin embargo, siempre entra un poco de tinte en las zonas que en principio se pretendían dejar fuera del alcance de dicho tinte. Esto hace que haya un contraste suave entre las zonas teñidas y las no teñidas, con un suave tono difuminado que es una de las características únicas del kasuri.

Otro tipo de tejido de este grupo de los sakizome es el omeshi. En el pasado éste era el término honorífico para referirse a los kimonos vestidos por los miembros de la corte. Más tarde este término se empezó a usar como nombre de un tipo de crepé de seda.

Después de que se elimine la sericina o capa gomosa de la seda hirviéndola, el hilo se tiñe y se le aplica una capa de cera. Cuando se teje, los hilos de la trama se cruzan y se tejen de dos en dos.

Este tipo de kimonos pueden ser usados para realizar visitas si llevan diseños pintados de forma continua sobre las costuras (estilo eba). O también se pueden usar para el día a día si llevan bandas de color o patrones kasuri. Con estos kimonos lo más típico es usar un obi de estilo hanhaba.

Un último tipo de tejido a tener en cuenta dentro de este grupo es el jōfu, un kimono tejido a mano con lino y que es un poco más formal que el yukata. Se suele usar con un obi tejido en seda o en algodón fino.

Atozome o teñido tras la confección

Según sus kanji, atozome (viene de ato, que significa «después» y someru, que como ya hemos visto, significa «teñir»), estos kimonos se tiñen después del proceso de tejido. Los diseños de este tipo de kimonos son de estilo libre y con dibujos mucho más ricos en cuanto a detalle y colorido que en el caso de los sakizome.

Existen varios tipos dentro de este grupo, clasificados en función de la necesidad de aplicar o no un resistente al tinte. Esto no es más que una sustancia o proceso que evita que el tinte tiña la tela en ciertos puntos.

Las dos técnicas de teñido sin resistente, el teñido por inmersión de la tela en cubas de tinte y el pintado de la misma, pueden llegar a ser sumamente complejas. Sin embargo, no alcanzan un grado de importancia suficiente a no ser que se combinen con alguna de las técnicas de teñido con resistente. Estas otras técnicas son mucho más importantes en Japón y las telas que se tiñen de esta manera tienen más consideración.

En las técnicas que usan engrudos resistentes la principal es la del teñido yūzen (友 禅). Esta técnica fue inventada por Miyazaki Yūzen hacia el año 1700. Desde entonces ha sido la técnica más famosa y reconocida a la hora de incorporar diseños dibujados a mano sobre telas de seda.

Uno de los motivos del éxito del yuzen radica en su superioridad técnica con respecto a otras formas de teñir, puesto que el color es estable y resistente al agua. Además, se puede usar con una gran variedad de tejidos. Otra ventaja está en la precisión de sus diseños, que son incluso difíciles de conseguir con la costura tradicional, además de posibilitar una gran gama de colores.

Los principales centros de producción de yuzen son Kaga, en la actual prefectura de Ishikawa cerca de Kanazawa, y Kioto. Los tejidos producidos en Kaga se conocen como Kaga yūzen y, en el segundo, como Kyō yūzen. Los primeros se caracterizan por patrones exuberantes y colores muy variados, mientras que los segundos muestran diseños más simbólicos y no tan naturalistas.

Hoy en día, con el uso de tintes químicos y con las ventajas que ofrece la tecnología moderna, esta técnica está más activa que nunca, y los diseños naturalmente son más actuales. De hecho, en Kanazawa puedes visitar el Kaga Yuzen Kimono Center y hacer un taller de pintado a mano sobre una tela, además de admirar kimonos realizados con esta técnica.

Otra de las técnicas que utiliza engrudos resistentes, pero aplicados a través de una plantilla, es el katazome. Esta técnica se originó hace 400 años, como una manera de incluir los blasones familiares en los kamishimo, una parte de la vestimenta formal de los samurái. En aquellos momentos las plantillas eran de madera, aunque posteriormente se hicieron de papel.

El proceso de teñido consiste en usar un engrudo resistente que se aplica al tejido a través de los cortes abiertos en esta plantilla de papel. La plantilla de papel, llamada katagami, se hace colocando tres láminas de papel de mora hecho a mano, impregnado de jugo de kakis.

El engrudo, soluble en agua, se hace a base de salvado de arroz y se filtra a través de los cortes hechos en la plantilla, para proteger las zonas que deben permanecer sin teñir. La tela, posteriormente, se tiñe a mano directamente con pinceles o bien sumergiéndola en cubas de tinte.

Si hubiera que teñir ambas caras del tejido, a una de las partes se le aplicaría el proceso de resistencia para evitar que quede teñido cuando se hace el proceso para la otra cara, y al revés.

Al ser la plantilla de papel y no de madera, su fabricación es una operación mucho más sencilla. Esto hace posible la producción en masa de kimonos teñidos con la técnica del katazome. Otra ventaja de estas plantillas de papel es que, cuando se empezaron a usar, permitieron a los artesanos crear pequeños y delicados diseños conocidos como komon.

Debido a que los kimonos completamente cubiertos con un mismo patrón o diseño komon fueron muy populares en Edo, este tipo de teñido llegó a ser conocido como Edo komon, como ya hemos dicho. Esta técnica se usa normalmente en seda habutai, en crepé o en tejido ro, aunque también se utiliza para teñir telas incluso de algodón.

Al final, el kimono con este tipo de teñido cuando se mira desde lejos parece ser de un único color, sin ningún tipo de diseño. Tienes que mirarlo de cerca para comprobar los delicados patrones que se extienden por toda su superficie.

Esta técnica implica una gran maestría técnica tanto por parte de la persona que prepara la plantilla como de la que realiza el proceso de tinción. Además, las plantillas son en sí mismas y por derecho propio obras de arte y como tales llegan a coleccionarse.

El objetivo de la técnica katazome no es la de ofrecer un kimono colorido y fascinante, sino al contrario. Por eso los kimonos komon (creados a partir de esta técnica) están en la escala más baja de formalidad. Aunque no hay que olvidar que el proceso técnico de creación es de una pericia sublime y muy caro y exclusivo.

Finalmente, para hablar de los resistentes de patrones que no usan engrudos resistentes, hay que hablar del shibori (し ぼり). Ésta es una de las técnicas de teñido más antiguas y usadas en el mundo, mencionada por primera vez en escritos chinos del siglo VII.

Se piensa que esta técnica se originó en la India y llegó a Japón en el siglo VIII a través de China. Hoy en día, aunque la técnica es bien conocida y utilizada en todo el mundo, es en Japón donde presenta mayor variedad de posibilidades.

Las telas tratadas con esta técnica son del tipo «atar y teñir», que es la traducción de esta palabra. Pero al contrario que ocurre con el kasuri ya comentado dentro del apartado de sakizome, en este caso el teñido se hace después de haber tejido la tela.

A menudo, las diferentes zonas del tejido se marcan con un patrón enrollando fuertemente con hilo pequeñas secciones de una seda ligera de color blanco. Cuando la tela se tiñe, las zonas atadas permanecen blancas, formando un patrón irregular.

Sin embargo, en realidad el shibori es un conjunto de técnicas de resistencia. Y todas ellas implican asegurar o atar el tejido de forma que el tinte no afecte a la tela en las áreas aseguradas. Esta técnica se usa tradicionalmente en los kimonos y en los obi informales para hombre, aunque también se utiliza en muchas otras prendas.

Organización lógica de los tipos de kimono

Hay tantos tipos de kimono, con tantos tipos de tejido y formas de realizar los dibujos, que organizarlos de forma lógica para saber cuándo vestir cada uno puede ser un gran dolor de cabeza.

Una forma de organizar los kimonos que nos gusta es la categorización propuesta por la escritora estadounidense Liza Dalby en su libro Kimono: Fashioning Culture. Su esquema es muy claro y abarca de forma más o menos sencilla todas las situaciones en las que vestir un kimono.

De todas formas, incluso esta categorización puede ser a veces algo confusa. Sobre todo porque las categorías propuestas no son estancas sino que se solapan. Las categorías para organizar los kimonos son:

Kimonos de vida o muerte

Cuando alguien fallece se le viste con un kimono blanco de algodón y un obi normalmente tejido por sus parientes femeninas. Aunque, como curiosidad, no sólo los muertos visten kimono blanco.

Como ya hemos dicho, en una boda sintoísta las novias también visten un kimono de color blanco. Esto es así puesto que en su caso también se considera que ha acabado un ciclo de vida, comenzando uno nuevo en la familia del marido.

Sin embargo, a pesar de esta macabra coincidencia, el kimono de una persona fallecida tiene un rasgo único que no presenta ningún otro kimono: la parte izquierda del mismo no se solapa sobre la derecha, sino al revés.

Así pues, a la hora de colocarse un kimono recuerda siempre solapar la tela sobre el lado derecho y no sobre el izquierdo. ¡Si lo hicieras así sería como decir que estás muerto!

Kimonos según el sexo

Aunque la forma básica del kimono no varía mucho entre sexos, un conocedor jamás se equivocará a la hora de distinguir un kimono masculino de uno femenino.

Existen sutiles diferencias entre estos kimonos. Por ejemplo, el kimono de hombre es de colores poco llamativos y, si lleva algún patrón o diseño, suele ser sencillo y repartido por todo el kimono. Tan sólo en el kimono formal se puede encontrar la presencia de blasones, como detalle especial.

Asimismo, el kimono de hombre cae recto desde los hombros hasta los tobillos, al contrario que el de la mujer. En el caso de la mujer, el exceso de longitud de la tela se ajusta en las caderas o bien se deja arrastrar, como hacen a veces las geishas y las maikos.

Otra diferencia la tienes en las mangas. Y es que los kimonos masculinos las tienen mucho más cortas que los femeninos. Además, la parte de la manga que se encuentra pegada al cuerpo para los hombres va cosida, mientras que en el caso de las mujeres va abierta.

La última diferencia fundamental entre los kimonos de hombres y mujeres se encuentra en el obi. En el caso del hombre el obi es mucho más estrecho y se ata de una forma totalmente diferente.

Cuando se viste de forma ceremonial, los hombres cierran sus kimonos a la altura de las caderas con un obi de tipo kaku, de cinco centímetros de ancho, que acaba quedando escondido bajo los hakama que visten en estas ocasiones. A la hora de vestir de manera más informal, los hombres llevan un obi de tipo heko, suave y parecido a un pañuelo.

Finalmente, cabe destacar que el calzado también varía ligeramente con el sexo. Así, aunque tanto hombres como mujeres usen sandalias geta, por ejemplo, las de hombres son de forma más cuadrada.

La estación del año y el kimono

Los japoneses prestan una especial atención a la naturaleza y al paso del tiempo. Las cuatro estaciones están muy presentes en la vida cotidiana de los japoneses y esto también afecta a la hora de vestir kimono.

Eso sí, para ir totalmente a la moda y mostrar que se tiene estilo no hay que celebrar la estación en la que ya estás. Al contrario, se tiene que anticipar ligeramente la estación que está a punto de llegar, tanto en el tejido como en el color así como en los motivos dibujados.

Existen ciertos kimonos, como los de color único, que pueden vestirse en más de una estación simplemente cambiando de obi. Esto ayuda a no gastar tanto dinero porque se puede combinar un único kimono con varios tipos de obi.

Según la estación del año también se puede hacer una distinción en función de si el kimono lleva forro o no. Así, en primer lugar está el kimono awase, que lleva forro, y en segundo lugar el kimono hitoe, sin forro.

¿Cuándo se viste un kimono del tipo awase y cuándo se viste un kimono del tipo hitoe? Un kimono awase no sólo puede llegar a tener dos capas sino que también tiene forro, así que es natural que se vista durante la temporada otoño-invierno (es decir, desde octubre hasta abril). Normalmente, estos kimonos están confeccionados con seda crepé con forro también de crepé o muselina, materiales muy ligeros.

El nagajuban o kimono interior que lo acompaña también va forrado y, en el caso de las geishas, también está confeccionado de seda. Con la llegada del frío invierno, en pleno diciembre, se necesita añadir una segunda capa al kimono awase.

Debido a su confección (estos kimonos se confeccionan con tres tan de material), este tipo de kimono puede llegar a pesar unos veinte kilos en el caso de las geishas.

El uso de forro tanto en el kimono interior como en el kimono dependerá del frío o calor que haga en el mes en cuestión. Así pues, durante los meses templados de mayo y octubre, el kimono interior no tendrá forro aunque el kimono sí lo llevará. En junio, sin embargo, cuando la humedad y la temperatura suben y marcan la llegada del verano, tanto el kimono como el kimono interior son de una sola capa, es decir, se utiliza el kimono de estilo hitoe.

Durante los meses de más calor (julio y agosto), los kimonos no son estrictamente del tipo hitoe, sino del tipo usumono. Estos kimonos se hacen con ro, una fina gasa de seda tejida de forma holgada, o con sha, una gasa de seda con un tejido algo más basto. Como apunte, cabe señalar que los kimonos de ro deben llevar el resto de accesorios del mismo material.

Finalmente, en septiembre, según sea la temperatura ese año, se lleva o bien el kimono de tipo hitoe, más veraniego, o se empieza a usar un kimono del tipo awase, más abrigado.

En resumen y como puedes ver, los kimonos de tipo awase son los que se visten durante la mayor parte del año. Por tanto, son los más frecuentes en el armario de las mujeres japonesas.

El hitoe sin forro, de hecho, ya no se usa mucho, porque la mayoría de las mujeres no tienen una necesidad de kimonos lo bastante grande como para justificar la inversión en uno que sólo vestirán unos pocos meses al año. Lo más normal, por tanto, es que en la actualidad solamente las geishas usen kimonos hitoe.

Para poder comprender de forma menos compleja esta explicación, te dejamos una tabla en la que ver cuándo se debe vestir qué tipo de kimono. Pero recuerda que, en términos generales, el kimono awase es de invierno; el hitoe de primavera y el usumono de verano. Por supuesto, esto son reglas generales y flexibles y no hay nada que impida adaptarse a las circunstancias especiales de cada estación en una ciudad u otra.

Pero no sólo el tipo de kimono tiene que ver con la estación del año en cuestión. El color y el diseño, asimismo, también tienen un papel muy importante a la hora de decidir qué kimono lucir.

De esta forma los colores pálidos y luminosos, como el verde claro, son característicos de la primavera. Colores más ligeros y frescos, como el lavanda, llaman al verano. Por el contrario, colores oscuros, intensos y cálidos, como el color de las cambiantes hojas de arce, son típicos del otoño. Finalmente, los colores más brillantes y fuertes, como el negro y el rojo, se usan durante el invierno.

En último lugar, el motivo de los diseños del kimono también varía con la estación. Como ejemplo, uno de los diseños típicos de la primavera son los cerezos en flor, mientras que para el otoño son las hojas de arce las que predominan.

Sin embargo, como ocurría con la presencia o no del forro, sólo las geishas suelen tener kimonos con diseños que muestran de una forma clara y precisa el paso de las estaciones. El resto de mujeres suelen escoger kimonos con diseños más neutros que puedan usarse independientemente de la estación del año. Así se ahorran una buena cantidad de dinero.

Kimonos para todas las edades

Ya hemos dicho que el tipo de kimono que viste una mujer cambia a lo largo de su vida, según su edad. Uno de los momentos más claros es durante la transición entre adolescencia y madurez. En ese momento las mangas dejan de colgar hasta los tobillos y se hacen más cortas.

En el pasado este momento era más claro, porque ocurría al llegar al matrimonio. Hoy en día, debido a que las mujeres se casan a edades más tardías (si es que se casan), el matrimonio ya no se usa como momento para cambiar de kimono. Así, las mujeres japonesas dejan de vestir kimonos de mangas largas en favor de kimonos de mangas cortas alrededor de los 23 años de edad. Aunque esto, claro, no deja de ser una aproximación.

Para las jóvenes japonesas solteras, el mayor grado de formalidad se consigue con la longitud de las mangas de su kimono, como dijimos al hablar del furisode. Por eso, no es necesario que sus kimonos lleven blasones, que siempre expresan un alto grado de formalidad.

Estos kimonos, además, suelen llevar coloridos diseños en la parte baja y sobre el hombro izquierdo. Aunque a medida que la mujer va cumpliendo años, y a pesar de que las mangas de su kimono sigan colgando, los diseños se van haciendo más discretos y pasan a centrarse en la parte baja del kimono únicamente.

Kimonos según el gusto o clase

Existen dos polos opuestos a la hora de vestir un kimono con clase. Por un lado, la de una joven japonesa con poca experiencia y, por otro, la de una geisha que controla y conoce hasta los más mínimos detalles de su forma de posicionarse en la sociedad.

La imagen que una mujer desea dar de sí misma a la hora de vestir un kimono tiene muchas facetas. Por ejemplo, la forma en la que el cuello del kimono muestra parte de la nuca. O la forma de atar el obi y su posición más o menos cercana a las caderas.

En el caso de las maikos hay una curiosa mezcla, puesto que consiguen resultar sensuales a la vez que inocentes. Así, muestran una buena parte de la nuca, algo considerado muy sensual y atractivo. Y a la vez llevan el obi atado casi a la altura de las axilas, cubriendo toda la parte del busto, algo que se considera un tanto remilgado.

Formalidad a la hora de vestir kimono

Aquí es donde están los principales problemas a la hora de decidir qué kimono vestir. En primer lugar, hay que decir que los japoneses distinguen entre vestimenta formal, llamada haregi (晴れ着) y vestimenta informal o de uso diario, llamada fudangi (普 段着).

Como en las fiestas y eventos occidentales, el grado de formalidad de la ocasión definirá claramente qué tipo de kimono hay que vestir. Sin embargo, existen momentos en los que es posible escoger entre más de una opción. En esos casos la elección del kimono se deja al gusto y al criterio de la persona que lo vaya a vestir.

Hablar de formalidad y hablar de kimono es casi como hablar de una misma cosa, ya que ambas ideas están muy ligadas. Es imposible escoger un kimono sin escoger, a su vez, el grado de formalidad asociado a él. Todo en el kimono, desde el color hasta el tejido, pasando por los diseños o incluso el obi, dice mucho acerca del grado de formalidad del atuendo elegido.

Por tradición cultural, los kimonos formales deben estar confeccionados de seda brillante teñida. Las sedas no brillantes o el resto de tejidos que se usan a la hora de confeccionar un kimono se consideran informales.

De hecho, la seda por sí sola no indica que un kimono sea formal. Un ejemplo claro lo tienes en la seda cruda con técnica tsumugi, que a pesar de lo bella y cara que es sólo se puede usar en kimonos de uso cotidiano.

Otro aspecto que marca la formalidad de un kimono está en la cantidad de diseños o patrones por la superficie del kimono. Cuanto más cubierto está el kimono de diseños o patrones, menos formal es. Por eso el kimono komon, con un diseño de pequeños patrones por toda la superficie de la tela, es muy poco formal y de uso cotidiano.

En el siguiente escalón está un kimono con un diseño asimétrico que cubra tan sólo el hombro izquierdo y la parte baja del kimono. Si seguimos subiendo escalones, llegamos a un kimono con el mismo tipo de diseño que el anterior, pero con el diseño continuando sobre las costuras laterales. Al final llegamos al tipo más formal de kimono, en el que el diseño sólo se encuentra en la parte baja.

La formalidad, sin embargo, también puede venir marcada por la longitud de las mangas, como ya hemos dicho. En principio, la longitud de las mangas nos habla del sexo y la edad de la persona que viste el kimono. Pero, como existen tres longitudes diferentes de mangas para chicas solteras, un kimono con una longitud de mangas diferente a la estándar resulta de menor formalidad.

Otro punto importante a la hora de reconocer la formalidad de un kimono es el color. De hecho, la diferencia entre un kimono de semi-etiqueta y uno de etiqueta completa está en que los primeros son de color y el segundo, negro.

Así, y para resumir, el kimono más formal que una mujer puede llegar a vestir es negro, con diseños sólo en su parte baja y con cinco blasones. Es el llamado kuromontsuki.

Accesorios para vestir un kimono

Cuando se viste un kimono hay un buen número de prendas y accesorios obligatorios que lo acompañan. De hecho, sin ellos el conjunto no estaría completo.

Entre ellos podemos citar los siguientes:

Hadajuban (肌襦袢): blusa interior que se lleva por debajo del kimono interior. Normalmente está hecha de algodón por sus cualidades para absorber el sudor, de forma que no traspase y manche el kimono.

Susoyoke (裾よけ): falda interior, que se creó en el periodo Edo como manera de evitar que la parte baja del kimono se manchara. Hoy en día es muy popular la llamada combinación interior, que es una prenda que combina la blusa interior con la falda interior.

Nagajuban (長襦袢): kimono interior que se lleva por debajo del kimono. La parte del cuello puede llevar un han-eri. A la hora de vestir un kimono, sólo el cuello y las mangas del kimono interior serán visibles. Pero aun así es importante escogerlo de forma que se coordine bien con los colores del kimono. Generalmente es de seda, aunque en invierno puede llegar a ser de lana.

Han-eri (半襟): pieza de seda más decorativa que práctica que se sujeta al cuello del nagajuban o kimono interior. Esta parte resulta visible cuando se viste kimono en la parte trasera del cuello. Así, contribuye a hacer más bonito el conjunto. En invierno puede confeccionarse de lana. Varían desde el blanco puro hasta los profusamente bordados.

Date-eri (伊達衿): en el pasado se solía vestir otro kimono debajo del principal en ocasiones formales, pero hoy en día de todo aquello sólo queda el date-eri, que simula la existencia de este segundo kimono. Se trata, por tanto, de una tira de tela que va cosida en el cuello de modo que sobresalga un poco, de un color que contraste con el del kimono.

A veces también va coordinado con el color del obi-age. Normalmente se usa con kimonos formales como el furisode, el tomesode, el homongi o el iromuji. En el caso de un kurotomesode, por ejemplo, debe ser de color blanco.

Koshi-himo: cordones imprescindibles si se quiere vestir un kimono a la perfección. El kimono no lleva ni botones ni cremalleras que permitan mantenerlo cerrado, así que los koshi-himo, de los que se necesitan entre tres y cinco, son la única manera de cerrar y atar bien el kimono. Normalmente son de muselina aunque también los puedes encontrar de seda.

Date-jime (伊達締め): cintas que se usan para cerrar el kimono interior y el kimono. Después de haber cerrado estas prendas con el koshi-himo, se cierran de nuevo con los date-jime que se colocan sobre los koshi-himo, asegurando que muestren una superficie plana y no rugosa. Los date-jime más populares y de mayor calidad son los tejidos al estilo Hakata, de seda.

Pero además de esto, existen multitud de complementos que suelen acompañar al kimono. Uno de los básicos son las chaquetas y abrigos para combatir no sólo el frío o la lluvia, sino también el calor o el polvo.

La chaqueta haori

El haori (羽織) es una de las prendas invernales más conocidas y comunes no sólo entre las geishas sino en el Japón más moderno. Es una ligera chaqueta normalmente hecha de seda decorada con shibori. Se viste sobre el kimono y su longitud dependerá de la formalidad del evento: cuanto más corto, más informal. Una geisha o maiko, por ejemplo, siempre los llevan largos para tener la máxima protección y la mayor formalidad.

Asimismo, el color del haori puede añadir formalidad al atuendo. El haori negro (normalmente hecho de seda o crepé) con un único blasón en el centro de la espalda se llama kuromontsuki haori y se lleva en ocasiones muy formales como ceremonias de graduación o funerales.

Igualmente, el haori de cualquier otro color con diseños se puede utilizar para las celebraciones de Año Nuevo u otras festividades alegres. En este caso, normalmente la mujer llevará el haori de color con un kimono sin diseños dibujados sobre él, como por ejemplo un Edo komon o un tsukesage.

El haori no sólo se usa como solución al frío, sino también como medida de protección contra el polvo de los antiguos caminos japoneses.

Este tipo de prenda estaba originalmente reservada sólo para hombres que lo vestían junto con los pantalones hakama. Esto fue así hasta que los cambios de la moda a finales del periodo Edo lo convirtieron en una prenda también usada por las mujeres, siendo las geishas, como siempre, las precursoras de esta nueva moda entre las mujeres.

Fue la geisha Tatsumi, de uno de los antiguos hanamachi de Edo, quien adoptó por primera vez la moda del haori femenino. Actualmente, sin embargo, las chaquetas que llevan las mujeres suelen ser más largas que las de los hombres. Y al igual que con el resto de accesorios, el diseño de esta chaqueta también está acorde con los del kimono. En el caso de los hombres, cuando se combina con los hakama confiere un aspecto formal a la vestimenta.

Naturalmente, y como ocurre con todas las prendas que se visten como un kimono, se necesita algo que permita cerrar el haori. En este caso hablamos del haori-himo, un cordón tejido con borlas que también tiene grados de formalidad. Así, el de color blanco es el más formal. De todas formas, el haori puede lucirse también abierto, de manera que la utilización del haori-himo no siempre es necesaria.

El abrigo michiyuki

El haori es ideal para otoño, cuando empieza a bajar la temperatura pero aún no hace demasiado frío. Por eso, uno de los abrigos de invierno que ofrece más protección contra el intenso frío japonés es el michiyuki (道行) , literalmente «por el camino».

Hablamos de un abrigo bastante largo (de unos tres cuartos) confeccionado de crepé, seda o raso que normalmente no lleva ningún diseño. Dada su longitud, que puede llegar a cubrir todo el kimono, el michiyuki se utiliza normalmente como chubasquero.

Este abrigo tiene el cuello frontal rectangular y normalmente se ata por la parte frontal gracias a una serie de botones situados a la derecha del mismo.

Un michiyuki sin diseños armoniza muy bien con kimonos de tipo tomesode, homongi y tsukesage. Por el contrario, un michiyuki con diseños pequeños va muy bien con un kimono también de diseños pequeños y repetidos como el komon.

El abrigo dochugi

Otra prenda para el frío invierno es el dōchūgi (道中着), muy parecido a un kimono largo ya que se cruza y se ata en la cintura. Sin embargo, es mucho más corto y normalmente llega a la cadera, pudiendo ser a veces de hasta tres cuartos de longitud.

El dōchūgi es un abrigo de cuello en pico, muy parecido al cuello de un kimono, aunque en este caso hecho de lana. Esto hace que proteja mucho más contra el frío pero su material hace que sea muy informal.

Otros accesorios para el kimono

Para los días de lluvia las mujeres japonesas lucen también chubasqueros especiales para kimonos hechos de nylon o plástico transparente.

Finalmente, en los días de frío no muy intenso o cuando se quiere añadir una capa más de calor, es frecuente usar mantones y chales, como cualquier otra mujer occidental. Incluso las geishas y maikos lo hacen.

Es lo bonito de esta prenda, que aunque sea la vestimenta tradicional japonesa, también se combina con elementos externos y sigue estando al día.

En cuanto a los accesorios, lo cierto es que las mujeres japonesas los visten igual que si vistieran ropa occidental. Es decir, apenas existen accesorios única y exclusivamente dedicados al kimono.

En el pasado se podía llevar un bolso especial para kimono, cosa que todavía se puede ver hoy en día cuando se viste yukata. Pero en muchos casos hay mujeres que, aun vistiendo de kimono, usan su bolso normal.

La geisha y el kimono, una vida compartida

Vestir kimono a diario es uno de los hechos diferenciadores entre las geishas y el resto de mujeres japonesas. Las geishas, además, lo visten con una gracia especial que ninguna otra mujer puede igualar.

Un kimono es, principalmente, un símbolo social. Para el ojo inexperto el kimono que llevan las geishas no se diferencia en nada del kimono que lleva cualquier otra mujer. Las sutiles diferencias en la abertura de una manga, en los colores o en la manera de llevar atado el obi no son obvias, ni siquiera para la gran mayoría de los japoneses. Pero un conocedor apreciará estos pequeños matices, combinados con la forma tan natural que tienen las geishas de vestir el kimono.

Cuando una joven comienza su carrera como geisha necesita al menos unos diez kimonos, junto con los obi correspondientes, para poder vestir de manera apropiada según vaya cambiando la estación. Lo contrario supondría tener que repetir kimono demasiado a menudo e incluso vestir kimonos con diseños que no están acordes con la estación del año.

El coste de esta compra es prohibitivo, por lo que la mayoría de las jóvenes geishas tienen que solicitar un préstamo y así, comienzan su carrera con deudas.

Hemos visto que la principal distinción entre los kimonos, según su formalidad, está entre los kimonos del tipo haregi, o vestimenta formal, y los del tipo fudangi, o vestimenta informal. Para una geisha, sus aptitudes artísticas son naturalmente lo más importante de su carrera. Pero una parte importantísima de su trabajo es la imagen que ofrece a sus clientes.

Por eso, una geisha jamás vestirá kimonos del tipo fudangi (de lana, algodón o incluso algunos tejidos de seda como el tsumugi). Así, los kimonos que hay en el armario de una geisha son siempre de seda teñida tras ser tejida. La presencia de blasones marcará la mayor o menor formalidad de estos kimonos.

Los tipos homongi y tsukesage, por ejemplo, son kimonos muy útiles para casi todas las ocasiones de la vida cotidiana excepto las más formales. Así, lo más normal es que las geishas tengan muchos kimonos de este tipo para asistir a fiestas que no requieran del atuendo más formal.

Justo por debajo de estos dos tipos de kimonos está el tipo komon, que puede hacerse un poco más elegante si se escoge correctamente el tipo de obi que lo acompañará. Es posible que las geishas vistan un komon en fiestas familiares y con pocos invitados. O incluso cuando salgan a la calle, antes de que comience su jornada laboral.

El hikizuri, el kimono de las geishas

En el armario de una geisha o maiko verás un kimono especial conocido como de o hikizuri (角隠し). Este kimono es más largo de lo normal, al estar confeccionado con dos o hasta tres tan de tela. Y su cuello cae de forma tal que muestra toda la nuca de la geisha o maiko, lo que como ya hemos dicho en otras ocasiones, es tremendamente sensual.

El hikizuri lleva generalmente el forro acolchado, con lo que en pleno banquete la geisha o maiko tienen la parte baja de su kimono hikizuri extendida en el suelo. De hecho, otro de los nombres que recibe este tipo de kimono es susohiki, que significa «cola que arrastra».

Pero la realidad es que el hikizuri no es un tipo de kimono como tal, con características bien definidas. El nombre hace referencia a su mayor longitud, únicamente, y cualquier tipo de kimono hecho con más tela y con un bajo que arrastre sería un hikizuri. Por eso, si una geisha quiere vestir un kimono muy formal, lo que llevará será un kurotomesode de tipo hikizuri, que recibe el hombre de kurohikizuri.

Pero las geishas no siempre acuden a los banquetes completamente maquilladas ni se mueven por la ciudad vistiendo sus mejores kimonos. A menudo, de hecho, visten un kimono estándar, casi siempre de tipo homongi. Aunque, eso sí, lo visten con una elegancia sin par.

El caso de las maikos es diferente, porque ellas siempre acuden a los banquetes con sus peinados tradicionales, su clásico maquillaje blanco y con preciosos y vistosos kimonos. Por tanto la maiko acude al banquete vistiendo un furisode de tipo hikizuri, con mangas de gran caída.

Precisamente porque estos kimonos son más largos de lo normal y no se ajusta el exceso de tela en la cintura, las geishas y maikos sujetan ese exceso de tela con la mano. De esta forma evitan que se estropee arrastrando por el suelo de las calles y por otra, dejan a la vista el kimono interior o nagajuban, que añade un extra de sensualidad. Si están en un banquete en una sala con suelo de tatami, entonces no pasa nada porque el kimono arrastre.

Este gesto de sujetar el exceso de tela se llama hashori y se hace siempre con la mano izquierda. De hecho, en el pasado una de las maneras de diferenciar a las geishas de las cortesanas tayū era observar con qué mano recogían el exceso de tela. Las cortesanas lo sujetaban con la mano derecha, lo que hacía fácil distinguirlas.

Una geisha viste el hikizuri con un kimono interior de color rosa o rojo claro, hecho de seda decorada mediante shibori, con el cuello blanco y un date-eri y obi-age en tonos rojos. De esta forma, el efecto visual debido a la elección de colores resulta de gran elegancia.

El obi es de estilo maru o fukuro, atado de forma que muestre un gran lazo por detrás. Como calzado, la geisha lleva geta con el kurohikizuri y geta o zōri con un hikizuri menos formal.

En el caso de la maiko, viste el hikizuri con un kimono interior con un estampado floral en blanco sobre fondo rojo. El resto de accesorios son también mucho más vistosos que en el caso de la geisha. Esto contribuye a hacer de las maikos una sinfonía de colores que despiertan la admiración y la curiosidad allá por donde pasan.

En su caso, el obi es de tipo darari, así como el lazo del mismo, que cuelga casi hasta los tobillos. En cuanto al calzado, generalmente utilizan unas sandalias de madera muy altas llamadas okobo, aunque en la actualidad, cada vez es más típico ver a maikos calzando zōri, ya sea porque la chica es demasiado alta para llevar okobo o porque tiene demasiada prisa.

Durante el minarai, o fase en la que la maiko aprende de otras geishas viéndolas actuar, el lazo del obi será del tipo han-darari. Este tipo de lazo sólo se usa en este periodo y se caracteriza porque el extremo que cuelga es la mitad de largo que en el caso normal.

Si tienes curiosidad, hay un vídeo en el que puedes ver todos los pasos del proceso de vestimenta de una maiko.

Ocasiones especiales para vestir kimono de geishas y maikos

En el caso de las geishas y de las maikos hay que matizar cuando hablamos de ocasiones en las que vestir kimono, puesto ellos lo visten a diario. Por ello, aquí nos referimos a eventos especiales y muy importantes, que suelen requerir kimonos de etiqueta o formales y de corte largo. Kimonos que ni siquiera ellas visten en su vida diaria.

El Año Nuevo es la primera de las ocasiones anuales en las que las geishas y maikos visten sus negros kimonos de corte largo con blasones, el kurohikizuri o también llamado kuromontsuki.

A partir del 8 de enero, las maikos y las geishas visten el mismo tipo de kimono pero con una base de color diferente al negro. Este kimono recibe el nombre de irohikizuri y es algo menos formal que el anterior.

Asimismo, otra ocasión especial para vestir estos kimonos negros de corte largo con blasones son las ceremonias del omisedashi y del erikae, que marcan el debut de la maiko y su conversión en geisha, respectivamente.

La siguiente ocasión para vestir un kurohikizuri es en la festividad del Hassaku, en la que se pide por una buena cosecha. Esta festividad tradicionalmente se celebraba el 1 de agosto, aunque la fecha concreta de cada festividad puede variar algo. Eso sí, siempre tiene lugar en momentos de mucho calor. Por eso, el kimono que visten las geishas y maikos en este día está confeccionado con gasa de seda ro, mucho más fresca y ligera.

Finalmente, para encontrar otro momento en el que las geishas y maikos luzcan sus mejores galas hay que esperar hasta el mes de diciembre. Es entonces cuando acuden al teatro Minamiza de Kioto a la celebración del kaomise, una representación de tres días de los mejores actores de kabuki del año.

Accesorios para maikos y geishas

Para los días de lluvia las maikos y las geishas necesitan cubrirse el peinado y el kimono. Para ello usan el paraguas tradicional (kasa, 傘), hecho de bambú y papel aceitoso y que contiene gran cantidad de diseños según la época del año. Existen dos variantes del popular paraguas tradicional japonés, el bangasa y karakasa.

Asimismo, en los días de sol intenso estas mujeres usan el parasol japonés (higasa, 日傘) para evitar pasar calor, sudar y estropear su maquillaje.

Este accesorio está hecho de bambú y seda. En el pasado, estos paraguas o parasoles eran los más utilizados por los japoneses en general.

Sin embargo, actualmente casi tan sólo se pueden ver en los barrios de geishas o como parte del ajuar de una familia de clase alta. O, por supuesto, en una función de teatro o baile tradicional.

Un accesorio indiscutible también para la joven maiko o la geisha que baila en un banquete es el abanico plegable, llamado ougi (扇).

Eso sí, no confundas este abanico con el popular sensu, que es el abanico utilizado por todos, hombres y mujeres, para darse aire y refrescarse durante el verano.

Las maikos y las geishas pueden llevar o no un abanico sensu para combatir el calor. Pero lo que sí llevan siempre es el abanico ougi al acudir a un banquete.

Este tipo de abanico, de unos 37 centímetros, está hecho de papel o tela pintados a mano y tiene una estructura de bambú.

Decorados con múltiples colores y escenarios, los abanicos plegables fueron inventados por los japoneses a partir de los abanicos redondeados o uchiwa que llegaron a Japón a través de China. Existen tres tipos de abanicos plegables japoneses, según su tamaño y número de huesos.

El kawahori (蝙蝠), originario del periodo Heian (794-1185), es el más grande y especial, ya que tiene tan sólo 5 huesos. Recibe su nombre a partir de los kanji de murciélago (kuomori, 蝙蝠), ya que cuando se despliega tiene una forma parecida a las alas desplegadas de un murciélago.

A continuación está el shimai (仕舞), un abanico mediano utilizado sobre todo para las funciones de teatro noh y kabuki. Finalmente, tienes el maisen (舞扇) o «abanico para el baile», de tan sólo diez huesos, que se usa en funciones de baile tradicional japonés. Originario del periodo Edo, aunque es el más pequeño de los tres, es demasiado grande para su uso cotidiano.

Desde el periodo Muromachi (1333-1573) estos tipos de abanicos japoneses no se usan en la vida cotidiana. Pero han permanecido vivos como elementos indispensables en funciones de las artes clásicas y tradicionales japonesas.

La modernización del kimono

Vestir kimono es todo un arte tradicional en Japón, conocido en japonés como kitsuke. Pero cada vez hay más jóvenes que reinventan looks en kimono combinándolos con accesorios occidentales, liberándose de los convencionalismos y las normas tradicionales más estrictas.

El kimono es casi un símbolo de identidad japonesa que, sin embargo, cayó en desuso con la modernización e industrialización que sufrió el país durante la Restauración Meiji. Pero en la actualidad ha adquirido una nueva vida, aunque con un toque muy personal.

Los jóvenes japoneses buscan personalizar sus kimonos, quieren darles un toque nuevo y moderno y a veces mucho más informal que lo que marcan las estrictas reglas de vestimenta. Para ello recurren a bolsos y sombreros de estilo occidental, pero también a pañuelos para el cuello o para sustituir el objijme.

Incluso se usan zapatillas deportivas y combinaciones con abrigos de estilo occidental, bufandas, gafas de sol… Todo vale, no hay prohibiciones ni normas, sólo libertad.

Ejemplos que muestran que esto no una moda pasajera es la popularización del evento Kimono Jack y la aparición de tiendas especializadas en adornos y complementos para personalizar el kimono. Este evento, promovido por amantes del kimono de Kioto y que se celebra en varias ciudades japonesas y de otros países, busca revitalizar el uso del kimono para «preservar su transmisión».

Por otro lado, la tienda Hanamusubi, situada dentro de los grandes almacenes Mitsukoshi ofrece kimonos completos a precios muy competitivos. Además, ofrecen todo tipo de adornos para decorar el kimono y darle un toque más moderno y personal, como por ejemplo broches hechos con papel japonés washi, entre otros.

Entrada publicada originalmente el 30 de abril de 2011. Última actualización: 4 de junio de 2020